Se transformó en el máximo ganador de un mismo torneo de Grand Slam en la era moderna y te mostramos la transformación del mallorquín a lo largo de su reinado. Su tío Toni, quien lo ha acompañado en esta gesta como entrenador, describió las claves para el último éxito.

Toni Nadal, tío y entrenador de Rafael Nadal y ganador como su sobrino de 10 Roland Garros, publicó este lunes en El País de Madrid una columna titulada "El poder de la convicción: la certeza es una ilusión escurridiza, pero su hermana la fe es un arma poderosísima", de riquísimo material sobre la previa a la final.

"Los niños aceptan bastante mal la incertidumbre y el miedo que ésta produce. Es por esto que reclaman respuestas que les den tranquilidad. De mis tres hijos, el pequeño es, aparte de un niño, uno particularmente insistente. Esto le ha llevado a formularme la misma pregunta casi todos los días de los últimos años. "Papá, ¿crees que Rafael volverá a ganar un Grand Slam?". En los últimos meses se ha referido particularmente a Roland Garros", afirmó Toni.

"Cada vez le he dado la misma respuesta. Por convicción y porque quiero que se eduque en el ejemplo. Yo creo que sí, Joan. Porque es lo que quiero creer y porque es imposible trabajar con total entrega si tú no crees que vas a conseguirlo, añadió el entrenador.

Luego relató que "el domingo por la mañana llegamos al club temprano y después del calentamiento en la pista 3, que nos dejó con buenas sensaciones, nos dirigimos al vestuario y ya no salimos de él. Ahí es donde empieza la cuenta atrás y se empezó a hablar del partido. A medida que se iba acercando el momento, la tensión y los nervios se hacían más patentes. Era el momento de transmitirle seguridad, tranquilidad y también de quitarle gravedad al momento. Le recordé que una victoria o una derrota no iba a cambiarle la vida, que tuviera máxima confianza en él mismo y, sobre todo, en el gran trabajo que ha hecho durante todo este año."

Tras repasar los malos momentos desde 2014, Toni añadió: "Le recordé que arrastró problemas físicos y psicológicos que lo pusieron al límite de su confianza. Sentados en un sofá le pedí a Rafael que recuperara su intensidad, que recuperara la posibilidad de volver a ser el número uno en tierra. Le pedí que volviera a creer en su capacidad de lograr su décimo Roland Garros. Nada más acabar el partido llamé a mi hijo Joan y le recordé lo que le había repetido tantas veces a lo largo del año: "¿Ves lo que te había dicho? Te dije que Rafael ganaría Roland Garros y lo ha hecho".

"La certeza es una ilusión escurridiza, pero su hermana la convicción es un arma poderosísima que proporciona retos tan increíbles como este décimo Roland Garros.", finaliza la columna.

Por primera vez desde el 6 de noviembre de 2014 Rafael Nadal está dos del mundo y tras ganar su décima corona en París está también en carrera para llegar al uno del mundo a fin de año, algo que no logra desde el final de la temporada de 2013, y que ya logró en 2008 y 2010.

Luego del triunfo sobre Stanislas Wawrinka en la final de Roland Garros, el español sacó casi 3000 puntos de ventaja sobre Roger Federer, el segundo en la Carrera de Campeones y quien no jugó ni un partido en la temporada de polvo de ladrillo.

El dato es que quien finalizó uno del mundo cada año desde 2004, estaba primero o segundo en la Carrera de Campeones luego de Roland Garros esa temporada. El año pasado Nadal terminó noveno del ranking mundial, pero en apenas seis meses sacó partido de su espectacular faena, sumada al declive de Andy Murray y Novak Djokovic, para estar de nuevo en la pelea por la cima.

Increíblemente, como en una remake de hace un lustro, el mallorquín y Roger Federer se ubican en los dos primeros puestos de la Carrera de Campeones luego de París y en la segunda mitad del año ambos tiene poco y nada que defender, mientras que Murray no ha aparecido aún, pero tiene todo para defender en lo que resta del año.

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