AUSTRALIA

Un formidable Novak Djokovic hizo lo que se esperaba de él para que Serbia se convierta en el primer campeón de la nueva ATP Cup. La ropa de héroe la lució de principio a fin en el gran duelo final ante España lo que le posibilitó a los balcánicos vivir una gran fiesta en Sydney.

El de Belgrado fue un auténtico líder desde el gran duelo de números uno que tuvo ante Rafael Nadal. Allí, victoria por 6-2 y 7-6 (4) y después, para festejar a lo grande, se apuntó al dobles con Viktor Troicki para sentenciar con otro triunfo ante Pablo Carreño y Feliciano López (6-3 y 6-4).

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Esta vez Nadal no pudo exhibir su magia y España lo acusó porque quedó en claro que depende mucho de sus actuaciones. Físicamente desgastado, no jugó el dobles. Lo que sí hizo el invicto u201cNoleu201d en el colmado Ken Rosewell Arena de Sydney y con numerosa presencia de seguidores balcánicos.

Aunque el partido de dobles tuvo el inicio soñado para España, con quiebre inmediato, 3-1 y muy buenas sensaciones. Djokovic mostró la reacción furiosa que suelen tener los campeones. Rugió, pegó, atacó, fue letal en cada jugada.

Claro que la historia ganadora había comenzado antes. Cuando u201cNoleu201d se impuso ante Nadal, la novena vez consecutivas que lo consigue desde 2013.

El serbio fue superior al español. El número dos del mundo se impuso al uno por 6-2 y 7-6 (4) e igualó la final de la ATP Cup que había arrancado con un triunfo magnífico e incontestable de Roberto Bautista ante Dusan Lajovic (7-5 y 6-1).

Djokovic barrió a Nadal en el primer set, sin paliativos. Fue superior en casi todo, colocó más golpes ganadores (11-4) y estuvo finísimo con el servicio (80% de primeros para un 81% de puntos con ellos).

En la segunda manga, al menos, Rafa compitió con bravura y estuvo a la altura de su adversario. Se vivieron los mejores minutos de tenis de todo el partido entre supercampeones. Djokovic, en modo dominador, arrinconó a su presa y su victoria fue inevitable.