SUB 23
La Celeste volvió a decepcionar, perdió en el inicio del cuadrangular final, ya comprometió su chance y otra vez hubo rendimientos muy bajos.
Uruguay comenzó con mal pie el cuadrangular final del Preolímpico 2020 en Colombia, ya que perdió 3-2 con Argentina y comprometió de primera su presencia en los Juegos Olímpicos de Tokio. Una vez más hubo rendimientos muy bajos que influyeron en el general, aunque tampoco la postura del equipo ayudó para que hubiera buenos desempeños, por lo que debe concluirse que Uruguay cayó en un círculo vicioso del que le está costando salir.
Responsable directo del primer gol, porque se paró mal y le hicieron un gol de pelota quieta desde 30 metros. Nada que hacer en los restantes dos tantos y terminó enmendando la plana en cierta medida al realizar una gran atajada para evitar el 4-1 que en la recarga se transformó en el 3-2.
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Se revolvió bien en los mano a mano, fue el más parejo del fondo y realizó la jugada que maquilló el resultado con el 3-2 y dejó con vida a Uruguay, porque se achicó el saldo de goles.
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Llegó muchas veces a destiempo, no fue efectivo en los mano a mano y abusó de los golpes. Su mejor aporte fueron los despejes en el juego aéreo.
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Otro que tuvo problemas cuando lo encararon, pero rindió en los balones por arriba, en su caso no solo defensivo, sino también ofensivo, pues tuvo una clara para anotar.
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Buen partido del lateral izquierdo, porque no solo marcó bien cerrando su sector, sino que pasó al ataque y siempre fue opción de pase. No siempre explotaron bien su ímpetu.
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Otro flojo partido del capitán celeste, en este caso con el atenuante de que jugó con el perfil cambiado. Corrió mucho sin efectividad en cortar juego y volvió a fallar con la pelota.
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Tuvo que cubrir muchos espacios en la cancha producto del desorden colectivo que mostró Uruguay. Eso le restó efectividad en sus coberturas y a cometer muchas faltas.
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Le taparon bien los remates que intentó de media distancia y no pudo pesar en lo ofensivo. Defensivamente, fue una pieza suelta más del anárquico mediocampo celeste. Llamativamente errático en los pases.
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Fue de los más claros con la pelota y de los volantes que más pensó en el arco de enfrente. Tuvo muy poca compañía, porque la mayoría de las veces que tiró una pared no recibió el balón.
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Ubicado fuera de la posición en la que más rinde, quedó perdido en la cancha. Buscó los espacios, se mostró y pidió la pelota, pero no tuvo poder de resolución.
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Prácticamente no tuvo posibilidad de quedar en posición anotadora. Le tiraron pelotazos que solo lo desgastaron y si bien nunca da ni una por perdida, no es un futbolista de los que se debate contra los zagueros y saca algún rédito. Mal rodeado.
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Le dio otra explosión al ataque, sobre todo más potencia. Se vio beneficiado que la postura del equipo en la segunda mitad fue distinta y lo pusieron a correr. Por la convicción de ir a pelear una pelota anotó el 1-3.
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Su ingreso colaboró con darle más vivacidad al ataque celeste. Intentó hacer gala de su pegada pero no le salió bien.
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Jugó ocho minutos y anotó un gol, el del 2-3. Poco más se le puede pedir al jugador más joven del equipo, con solo 17 años.