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Modo ahorro: Rusia versión austera

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Uruguayos en Rusia

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Uruguayos economizan para cumplir el sueño de ir y vivir un Mundial.

No es el más futbolero del grupo pero la manija de sus amigos entusiasmó a Germán Picasso (30) y decidió comprar pasaje rumbo a Rusia. Nunca había salido de Uruguay y con un solo sueldo no le alcanzaba para financiar el viaje. Sumó a su trabajo como chofer de ambulancia el ser Uber por un año y logró juntar cinco mil dólares. Los otros tres los pidió prestados a sus familiares. En el medio tuvo que apretarse mucho porque chocó dos veces y perdió meses de ganancia mientras le arreglaban el coche. “La semana antes de viajar volví a volcar. Ya tenía la cabeza en Rusia y el auto se fue a restos”. Pisará Montevideo el 18 de julio y sabe que tendrá que manejar 14 horas (ocho en la ambulancia y seis en Uber) para “emparejar la cosa” y pagar deudas, pero ese grito en el gol de Josema que lo dejó afónico lo valió.

Melisa Tassino (29) renunció a su trabajo el 31 de diciembre con miras a cumplir su sueño de viajar por el mundo. Partió con la idea de volcar sus ahorros en recorrer Europa, y escaparse a Rusia en pleno Mundial fue una motivación extra para que dejara todo. No sabía si llegaría con dinero a esa fecha, pero igual reservó alojamientos el 1° de diciembre para que fuera más barato: consiguió hostels por ocho dólares la noche. Compró el pasaje de Barcelona a Moscú dos semanas antes y pagó 40 euros: “El día más barato era el 9 de junio y dije, ok, viajo el 9”.

Compró las entradas más económicas a US$100 y gasta otros cinco diarios en comida. “Es tan barato que ni da para regatear. Como máximo buscás que te regalen una cerveza”, cuenta. No reservó ticket de vuelta porque acompañará a Uruguay mientras avance. Cuando retorne a España buscará trabajo para evitar entrar en bancarrota.

Gerardo Riet (62) empezó a averiguar precios de vuelos, hostels y entradas un año atrás. Hizo cuentas y lo envío a sus conocidos. Cuando estos vieron que gastarían en un mes lo que las agencias les vendían por quince días se convencieron de que tenían que estar en Rusia. Compraron los nueve pasajes por separado para economizar: Montevideo - Madrid les salió US$1.200 y Madrid - Moscú otros US$ 600.

Encontraron una feria al lado del hostel de Rostov y compraron salame, queso, pan, aceitunas rellenas, nueve patas de pollo y verduras para ensalada por $900 en total. “Lo único caro es el pasaje. En Rusia se vive con dos mangos. Comés salmón y sushi por $100”, cuenta Pablo Riet (28), hijo de Gerardo.

Santiago Pereira (25) se movió en los trenes gratuitos de la FIFA para la fase de grupos porque hacer todo el Mundial en avión era impensado. Viajó 26 horas de una ciudad a otra en habitaciones chicas pero cómodas. Contó que el ambiente era súper alegre y festivo. Pagó $300 un plato de tallarines y un agua en ese tren.

Nicolás Saravia (23) invirtió 170 euros por el vuelo desde Amsterdam a Moscú, y no le importó bancar una espera de 18 horas en Letonia. Es que trabajó dos años e hizo una importación que le dio buen dinero con el objetivo de ahorrar para irse de intercambio a Sevilla, y así estar más cerca de Rusia. A fines de mayo se recibió de contador y se auto regaló la ida al Mundial.

El grupo de Whatsapp de uruguayos en Rusia lo integran 250 personas y salvó a Nicolás y un amigo. Era de noche, no encontraban el hostel de Moscú, llamaban y no los atendían, y un compatriota fotógrafo avisó que le sobraban dos camas a través del grupo. Ellos lo contactaron y los alojó en su hotel por dos noches. “Nos salvó la plata”, dice.

No fue el único que recurrió los beneficios que brindan las nuevas tecnologías. A Melisa Tassino le daba un poco de miedo visitar este destino sola pero desde que se cruzó a los charrúas en la Plaza Roja y la agregaron al grupo llamado “Uruguayos rumbo a Rusia” hacen todas las actividades en conjunto. “Nos reconocimos por estar con banderas y camisetas”, cuenta mientras se toma una cerveza con varios de ellos en un bar de Rostov y aprovecha para “robar” wi fi.

Juanita Roqueta (26) y Carolina Ruiz (25) llegan hoy a Moscú. Viajaron en tren desde Helsinki por 100 euros ida y vuelta porque era la opción más económica.

Ambas están instaladas en Finlandia por trabajo. “El pasaje a Europa lo pagó la empresa, sino hubiera sido imposible, no contamos no ese presupuesto”, cuenta Juanita.

Moverse en los trenes gratuitos de la FIFA hará que ahorren en estadía. En Moscú pagarán 30 euros por dos noche de hostel, y en San Petersburgo les saldrá gratis por la aplicación Couchsurfing. Invirtieron US$ 210 en la entrada al partido contra Rusia y el plan es seguir si Uruguay avanza.

Bruno González (28) está “sin un sope” y deseando que Uruguay clasifique primero para que juegue en Sochi: “Si entramos segundos tengo que ver cómo cambiar las entradas y buscar hospedaje en Moscú”. Está complicado pero feliz.

Se cocinó todos los días para ahorrar porque está “endeudado hasta la manija. Vengo US$ 1.500 abajo”. Se maneja con $500 diarios entre comida y hostel. No regatea pero aprovecha todo lo que le viene de arriba para sobrevivir.

Se olvidó de una mochila en Ekaterimburgo y dos amigos chechenos lo llevaron al aeropuerto a buscarla. Está sorprendido con la hospitalidad de los rusos y con el cariño que le tienen a Uruguay: “Dejé pasar a una veterana en la fila del supermercado y me regaló las tres cervezas que iba a comprar ($99)”.

Salió parrilla

Más de 50 uruguayos se juntaron en el hostel donde se hospeda Bruno González y armaron un asado previo al partido contra Arabia. La reunión fue gracias al grupo de WhatsApp. Compraron latitas de cerveza a $15.

Cosacos a regatear

Pablo Riet, Germán Picasso y sus amigos se disfrazaron de cosacos y posaron para la foto. Se quedarán hasta la final y llevaron 15 kilos de yerba para todo el mes. Está tan barato que les cuesta regatear, solo lo hicieron una vez. “Nos quedamos sin batería en el celular y no hubo otra que recurrir al taxi. Valía 1000 rublos ($500) y logramos bajarlo a 650 ($325)”, cuenta Pablo.

Hasta la final

No tiene pasaje de vuelta reservado porque se quedará mientras Uruguay siga avanzando. Melisa Tassino decidió no ir al estadio contra Egipto porque Ekaterimburgo era muy lejos y prefería reservarse el dinero para los siguientes partidos. Viajó sola pero está acompañada gracias a que integra el grupo de WhatsApp de uruguayos en Rusia y organizan actividades juntos.

Tren fest

Santiago Pereira ahorró durante un año para viajar a Rusia y en marzo un cambio de trabajo favoreció su economía. Usó los trenes gratuitos de la FIFA para moverse de una ciudad a la otra y se divirtió con los hinchas mexicanos: “Cantamos una y una en el bar”.

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