Cayeron, se ayudaron a levantarse y llegaron juntas a la meta.

La historia que protagonizaron la neocelandesa Nikki Hamblin y la estadounidense Abbey D’Agostino fue un ejemplo claro de lo que representa el espíritu olímpico.

En una de las series de clasificación de los 5.000m en el estadio olímpico, las dos atletas cayeron al suelo. Lejos de desesperarse por quedarse sin la posibilidad de luchar por una medalla olímpica, las dos se ayudaron a levantarse y se animaron mutuamente para continuar y finalizar la carrera.

"Me caí y me pregunté: ¿Qué pasó? ¿Por qué estoy tirada en la pista? Inmediatamente noté una mano que se posaba sobre mi hombro. ¡De pie, de pie! Tenemos que acabar la carrera", explicó Hambin. "Sí, sí, tienes razón. Son los Juegos Olímpicos y tenemos que ir hasta el final", se dijo la neocelandesa.

Hamblin añadió que nunca olvidará el gesto de su rival: "Le estoy muy agradecida a Abbey por haber hecho esto por mí. ¡Esta chica es la encarnación del espíritu olímpico! Nunca me había cruzado con ella antes, ¿no es maravilloso? Es una mujer fantástica".

Segundos después de retomar la prueba, DAgostino volvió a tirarse al suelo, dolorida de un tobillo por la caída. Y Hamblin la esperó expresamente para poder acabar juntas la prueba.

"Si puedo devolverle aunque sea un uno por ciento de lo que me ha dado cuando me ayudó a volver a la pista, será perfecto", se dijo Hamblin cuando vio a la estadounidense otra vez caída en el suelo y le ayudó a continuar. "No encuentro las palabras para explicar hasta qué punto fue extraordinario que pudiese terminar la prueba. Me di la vuelta en la línea de meta y cuando la vi acabar la carrera, me dije ¡Guau!", recordó Hamblin. Cuando finalizaron la carrera, a dos minutos de la ganadora, las dos atletas se fundieron en un emotivo abrazo. Luego la estadounidense tuvo que abandonar la pista en una silla de ruedas.

Los jueces premiaron este gesto con la calificación de ambas para la final que se llevara a cabo hoy, aunque la Federación Norteamericana informó eque DAgostino no podrá participar al sufrir una lesión en los ligamentos y el menisco de la rodilla que pone fin a su temporada. Al menos le queda la experiencia vivida.

"Nunca olvidaré esto. Cuando alguien me pregunte dentro de 20 años qué pasó en Río de Janeiro 2016, contaré esta historia", concluyó Hamblin.

JUEGOS OLÍMPICOS 2016AGENCIAS