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Luego de 32 años sin oro, el proceso dio frutos en los Juegos Panamericanos

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Bruno Cetraro, Martín González, Marcos Sarraute y Leandro Salvagno con la medalla de oro. Foto: Enrique Arrillaga

REMO

El remo volvió a la gloria con Leandro Salvagno, Martín González, Marcos Sarraute y Bruno Cetraro y consiguió el primer oro panamericano en la disciplina desde 1987.

En 1987 el remo se colgó por última vez una medalla de oro en los Juegos Panamericanos. Tuvieron que pasar 32 años para conseguirla de nuevo, pero con trabajo, planificación, esfuerzo y dedicación, la gloria le tocó nuevamente las puertas a este deporte que tantas alegrías le regaló a Uruguay.

Y se las sigue regalando. El cuádruple par era la gran apuesta en Lima 2019 y no falló. Leandro Salvagno, Martín González, Marcos Sarraute y Bruno Cetraro ganaron el oro superando por siete centésimas a Argentina y explotaron de alegría en las aguas de la Albufera Medio Mundo.

Con un tiempo de 5’50”68, los uruguayos se quedaron con el primer lugar de una competencia que arrancó muy bien para la Celeste porque en los primeros 500 metros, el bote estaba primero, confirmó esa posición en los 1.000 y por más que en los 1.500 todo estaba muy parejo, el bote charrúa tuvo un cierre fenomenal y cruzó la meta en medio de una gran emoción.

“Sabíamos que nuestra salida iba a ser rápida y con mucha velocidad, pero también teníamos en claro que los rivales iban a hacer un sobre esfuerzo para alcanzarnos. Entonces nuestro plan consistía en que ellos tuvieran mayor desgate para poder alcanzarnos y nosotros hacer ese último esfuerzo y así se dio”, le detalló a Ovación el “Peludo” Martín González.

En 1987, de los cuatro competidores uruguayos que ayer tocaron el cielo con las manos, solo Leandro Salvagno (37) había nacido. El resto todavía no tenían ni miras de llegar al mundo. Martín González tiene 19, Sarraute 20 y Cetraro 21. Los tres, liderados por Salvagno, hicieron un esfuerzo titánico para aprontar los Juegos Panamericanos de Lima. Se fueron a Europa para competir y mejorar, el tiempo que el cuádruple uruguayo estuvo junto fue escaso, pero a pesar de eso, el bote le hizo frente a todas las adversidades y hoy disfrutan de un logro histórico.

Es que todo es producto de un proceso que se inició en 2015 con una fuerte apuesta de la Federación Uruguaya de Remo para formar competidores de nivel internacional.

“Estamos más que contentos porque este proceso ya tiene tres años y ahora está dando sus frutos nada menos que en los Juegos Panamericanos. Hay que entender a veces que no es todo de un momento para otro. Hay que ser pacientes porque todo sacrificio tiene su recompensa”, le dijo a Ovación Bruno Cetraro.

Ese trabajo planificado, ese esfuerzo de los deportistas y sobre todo, las ganas de superarse, fueron los puntos más altos para llegar a Lima.

“Estas regatas son muy estratégicas, pero también son a corazón. La iba a ganar el que metiera más y nosotros estábamos convencidos de que podíamos. Lo logramos. Valió la pena todo el esfuerzo”, contó Marcos Sarraute.

El remo volvió a escribir una página de su rica historia. Ayer le agregó un éxito que hace 32 años no llegaba.

Borchi, el entrenador, fue visionario

El entrenador de la selección uruguaya de remo la veía venir: el cuádruple par iba a ganar el oro. “A Osvaldo le gusta dar discursos y anoche (el jueves) lo agarré entrenando y se emocionó. Él presentía que íbamos a ser campeones, nos tiene mucha fe y sobre todo, nos apoya muchísimo. Me cantó la regata. Me dijo que si hacíamos las cosas como hasta ahora se iba a dar. Lo vio todo. Me dijo que salíamos adelante, que teníamos que aguantar en la mitad y ganar en el final. Él es parte muy importante en todo esto porque siempre trabajó con nosotros y se lo merece”, dijo Marcos Sarraute.

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