El judoca Henry Borges tuvo que atravesar por mil peripecias para llegar a los Juegos Paralímpicos Rpio 2016, y antes de la competencia, le dijeron que tenía que "cortar" su judogi. Su entrenador lo hizo con un bisturí.

Henry Borges, segundo puesto en Judo a nivel mundial en su categoría en ganador del Diploma Olímpico en estos Juegos Paralímpicos Río 2016, pasó por mil peripecias. Antes, durante y después de su participación en Río, Borges entrenó con lo que tuvo al alcance de su mano con su entrenador Julio Cuello.

Antes de su debut en Río, tuvo un nuevo revés: le impidieron competir con su judogi, debido a que tenía una marca de ropa deportiva no autorizada para los Juegos Olímpicos. Fue frustrante. “Cuando nosotros fuimos a Birgminham el año pasado, compramos el cinturón y los judogis que Henry necesitaba para competir.

Llegamos aquí, a Río, y nos enteramos de que solo puede haber la presencia de una sola marca, lo que nos obligó a cortar los judogis que eran totalmente nuevos. Conseguimos un bisturí y los cortamos para que Henry pudiera competir, lo que realmente fue frustrante”,

dijo a la periodista Antonieta Gaudio, que sigue de cerca la actuación de la delegación en Brasil, Julio Cuello. Y agregó: “cabía la posibilidad de que la organización nos diera un judogi nuevo, pero eso significaba que no luciese tu espaldar, con el nombre de Uruguay. Y eso, para cualquier competidor, es lo más significativo. Con esfuerzo, y mucho sacrificio Henry juntó pesito por pesito para comprar ese judogi y tuvo que cortarlo prácticamente, cuando tenía que empezar a competir. Son detalles, pero pesan”, dijo Cuello

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