La nadadora estadounidense Katie Ledecky volvió a demostrar que al día de hoy, con apenas 19 años, nadie puede discutirle el oro en los 800 libre, tras cerrar las preliminares con la mejor marca: 8:12.86, que además supone un nuevo récord olímpico.
El registro permitió a Ledecky, vigente campeona olímpica y mundial de la distancia, aventajar en seis segundos y medio a la húngara Boglarka Kapas, que cerró la mañana como la primera de las "mortales" con un crono de 8:12.86; circunstancia que hace impensable otro resultado que no sea el triunfo de Ledecky (que puede nadar incluso más rápido, como demuestran los 8:06.68 que la norteamericana posee como récord del Mundo) en la final de los 800 de hoy (22:20). Un triunfo que permitiría a Ledecky —que ya se impuso en Río en los 200, 400 y 4x200— igualar la gesta que su compatriota Debbie Meyer logró en México 1968 al imponerse en los 200, 400 y 800 libre. Su entrenador, Bruce Gemell, reveló que la sometieron a unas exhaustivas pruebas para tratar de descifrar su potencia. "Me entregaron un dossier de 60 páginas.
Básicamente, el resumen es que no encontraron nada de nada. Mide 1.80 y la mayoría de sus rivales son más altas. No tiene un gran torso. Sus manos son pequeñas y sus pies de tamaño estándar. Su fuerza no está ahí", contó Gemmel. El multicampeón Ryan Lochte, que suele entrenar con ella, lo explicó así: "Su brazada, su mentalidad, su fuerza... no he visto eso en ninguna otra chica. He visto hombres salir llorando de la piscina porque Ledecky los revienta".
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