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Cuando vuelva me voy a empachar

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EDWARD PIÑÓN

OJO CRÍTICO

EDWARD PIÑÓN

Creo que soy de esos que vino al mundo con una pelota. Que le dio al fútbol un enorme lugar de privilegio en su vida. Y también de aquellos que es capaz de escuchar por horas, y sin interrupción de algún tipo, una exposición de los grandes filósofos que por suerte siguen apareciendo en el deporte.

EDWARD PIÑÓN

Por eso hoy, lo confieso, ya no aguanto esta larga cuarentena que no permite embriagarse con la adrenalina de las Eliminatorias, que apagó las chispas que se encendían en el fútbol local con el duelo Munúa-Forlán y que le bajaron la cortina a las decenas de récords que se podrían seguir consiguiendo por todo el planeta.

La razón dice que no hay otro camino posible, porque solamente un loco puede dejar de lado lo más esencial de todo: cuidar la salud. Pero ya me están dando unas ganas bárbaras de pegarle unas cuantas patadas a este maldito coronavirus o al responsable de que el COVID-19 se encuentre entre nosotros.

Quizás esto último sea nada más que un simple enojo provocado por la frustración que se siente, pero lo que estoy seguro que va a ocurrir es que una vez que abran las puertas y la pelota vuelva a rodar en las canchas de todo el mundo, me voy a empachar de fútbol.

Y si es de la Celeste, mejor.

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