El cierre del Torneo Clausura, como casi siempre sucede, se torna apasionante. No sólo en la definición por el título, sino también en la fatídica tabla del descenso, donde hay varios equipos comprometidos.

Se podrá decir que se juega bien, regular o mal, que no hay figuras estelares, que es un fútbol de cabotaje y un montón de cosas más, pero esa es una mirada corta, la de los que sólo ven la mitad de vaso vacío.

El Uruguayo es emocionante. Y tuvo partidos de alto nivel futbolístico.

Y hay figuras que descollarían en cualquier parte del mundo.

Lo que sucede es que los uruguayos tendemos a menospreciar. A tirar hacia abajo y no hacia arriba. Es la realidad.

Hoy "Josema" Giménez es figura en el fútbol español y no hace mucho debutaba en Danubio. Mayada es importante en River semifinalista de la Copa y meses atrás se coronaba Campeón Uruguayo con Danubio.

De Arrascaeta la rompe en Brasil, y acá hasta se dudaba de su regularidad. Son sólo algunos ejemplos. Pero válidos, muy válidos para confirmar la valía y vigencia del fútbol de entrecasa.

Desde el Arco