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El VAR va a ser difícil que abra en Uruguay

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El VAR en el Gran Parque Central. Foto: Gerardo Pérez.

INFORME

El sistema de videoarbitraje se sigue instalando en las ligas más importantes: ¿qué falta en nuestro país?

No fue una sorpresa ni una novedad, pero esta semana Claudio Tapia anunció oficialmente que la Superliga de Argentina implementará el VAR (Video Assistance Referee), que para la FIFA fue catalogado como “exitoso” durante la implementación del Mundial sub 20 en 2017 y el de mayores en 2018 y que la Conmebol ya aplicó en las fases decisivas de sus torneos más importantes (Libertadores y Sudamericana) en las últimas dos ediciones.

“Continuamos trabajando para modernizar, jerarquizar y mejorar nuestro querido fútbol argentino”, señaló “Chiqui”, quien tenía la idea de llevar esta iniciativa una temporada antes, pero la situación económica que atraviesa Argentina trastocó sus planes. Durante este semestre se desarrollará el sistema, se someterá a pruebas de control y a partir de agosto, ya en el inicio del próximo torneo, se pondrá en marcha.

La utilización del VAR es una tendencia que trae polémicas respecto, con opiniones encontradas entre los mismos protagonistas, pero que cada vez más se usa en las principales ligas del mundo. Claro, en las principales ligas, porque su implementación tiene un alto costo y una demanda de infraestructura a la que hoy Uruguay no está pronto para recibir por diferentes motivos.

Tres inconvenientes

Comencemos por los problemas de soporte. En los Campeonatos del Mundo, para tomar como referencia, se encuentran 36 cámaras a disposición (no quiere decir que todas se usen después para la transmisión televisiva). En las Copas Libertadores o Sudamericana, en tanto, se usan las 12 que pone la televisión.

¿Y en Uruguay cómo es la situación? Los partidos de los grandes se cubren habitualmente bajo la producción de Tenfield, que se emite por la señal de VTV, con ocho cámaras: dos en zona media de tribuna (plano general y plano corto), dos para marcar las posiciones adelantadas, una atrás de cada arco y dos a nivel de campo a la altura del medio de la cancha. Comparado con otros mercados, vale diferenciar que por ejemplo acá no se cuenta con cámaras sobre las líneas de los arcos.

De todos modos, es bueno decir que se puede llegar a trabajar con 14 en los clásicos o partidos de Uruguay en la Eliminatoria.

Los de los equipos chicos, en tanto, se cubren con seis cámaras cuando se transmiten en vivo. El resto, se hace con una cámara sola.

Respecto a las emisiones televisivas, hay que dejar en claro que para aplicar el VAR no es indispensable que el partido vaya en directo. Es bueno subrayar este punto teniendo en cuenta que en nuestro fútbol se televisan tres juegos por fecha, mientras que en otros mercados se pasan todos los partidos de cada jornada.

El segundo es un tema económico: la utilización del VAR tiene un costo de US$ 8.000 (puede incluso alcanzar los US$ 11.000) por partido. En los encuentros internacionales la Conmebol se hace cargo de estos gastos. En Uruguay eso está claro que sería un gran escollo. Cuando la mayoría de los partidos entre los equipos en desarrollo registran pérdidas, sumarles ese monto extra parece una locura.

El tercero es que también tiene una mayor demanda de árbitros por cada compromiso. A los cuatro que ya de por sí trabajan en campo, hay que sumarles los tres que están especialmente dedicados a este sistema de video arbitraje. Eso sin contar que también habría que instruir a todos estos jueces.

Antecedente

Solo una vez se utilizó el VAR en Uruguay. Fue el 31 de octubre del año pasado en el Gran Parque Central, cuando Nacional recibió a Fluminense por el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa Sudamericana. El tricolor jugó muy mal, perdió 1-0 (había empatado 1-1 en Río de Janeiro) y se despidió del certamen continental.

El VAR pasó inadvertido esa noche en La Blanqueada, pero no en los días anteriores cuando se realizó la instalación del mismo atrás de la Tribuna José María Delgado. Tres días de trabajo llevó instalar toda la operaria y ponerla en funcionamiento.

En este punto, vale destacar que el VAR no tiene necesariamente por qué estar dentro de cada estadio. Si bien la Conmebol así lo llevó a cabo en los partidos definitorios de sus dos torneos más importantes, en Rusia 2018 se manejó todo a distancia y desde un mismo lugar como base: Moscú. Ese ítem resulta importante si planteamos la posibilidad, en el imaginario, de instalar el VAR en el Campeonato Uruguayo. Que algunas de las canchas chicas no tengan espacio para recibir al VAR, no resultaría determinante.

Sistema

Tres (como máximo y dos como mínimo) son los árbitros que se encuentran instalados en el VAR: un asistente y dos centrales, de los cuales uno de ellos es el que tiene línea directa con el árbitro principal.

Se calcula un operador cada 12 cámaras. Uno se queda con la revisión de todas esas cámaras siguiendo atentamente lo que suceda en el juego y otro se queda con la misma cantidad de cámaras, pero anticipando las situaciones como por ejemplo el fuera de juego. La idea es reducir la cantidad de tiempo perdido y no producirle demoras ni confusiones al compromiso.

Si bien los operadores trabajan con las imágenes que entrega la empresa dueña de los derechos televisivos de cada competencia, hay que aclarar que los árbitros que trabajan en el VAR tienen absoluta independencia para realizar su tarea. Es decir, no necesitan esperar que en la final de la Libertadores llegue el replay de Fox Sports de determinada incidencia. Ellos, desde cualquiera de esas cámaras que se encuentran a disposición, pueden estudiar determinada jugada de la manera que ellos mismos crean conveniente.

El VAR solo puede aplicarse en cuatro situaciones del juego: si identifica mal a un futbolista y le muestra una tarjeta, si se trata de una expulsión y si hay un gol o penal que el árbitro no pudo llegar a percibir.

De todos modos, la decisión final siempre es del árbitro principal del partido. Esta es una herramienta que sirve de ayuda para el árbitro, pero no está creada simplemente para imponerle decisiones a través de lo que se observa en una pantalla. A pesar de tener este respaldo detrás, las determinaciones las seguirá tomando el árbitro. Además, como explicó Wilson Seneme (presidente de la Comisión Arbitral de la Conmebol) durante la instalación del VAR en el Parque Central, lo que busca este sistema es evitar los errores denominados “obvios” para tratar de generar la “mayor justicia posible”, aunque él mismo reconoció que no es 100% infalible.

Uruguay tendrá que esperar, y parece que mucho, para abrir su VAR.

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