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Pero...¡qué valenciano cuadrado!

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Hasta más allá de mitad del siglo pasado, en el Río de la Plata se cortaba grueso para referirse a los españoles, sin importar su cuna: al decir popular eran todos "gallegos"; y, no en tono despreciativo, o peyorativo, ni discriminatorio, sino por ciertos rasgos a veces casi folklóricos que caracterizaban a esos inmigrantes, muchos de ellos salidos de medios rurales y clases bajas donde las posibilidades de desarrollo del conocimiento y el razonamiento estaban acotados por la priorización del trabajo a los estudios desde la infancia, solía decírsele "gallego bruto", incluso a uno que era amigo de la escuela o del barrio.

JORGE SAVIA

Igual que el montevideano a la gente de campo la llamaba canarios, o paisanos.

Los tiempos, las costumbres, y hasta el perfil sociocultural de los pueblos, cambian, y hoy aquello no es más así; pero a uno, nieto de inmigrantes europeos y veterano, al ver que un árbitro valenciano estampó en su informe que, caliente, "sacado", Luis Suárez les gritó a sus rivales, "¡Venid acá! ¡Sos un desecho! ¡Aquí os estoy esperando!", se le escapa un "¡qué gallego cuadrado!" Si no, fue malintencionado; o tan xenófobo como un nazi.

De Contragolpe

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