Sin Suárez, Cavani ni fútbol, el inicio de las Eliminatorias se presenta complicado.

Pasó la Copa América, la que duró menos de lo esperado para Uruguay. No se pudo defender el título logrado en 2011 y mucho menos repetir el fútbol de entonces. Esa es, de cara a lo que se viene —nada menos que las Eliminatorias para Rusia 2016—, la principal preocupación que dejó.

El compromiso, las ganas y la entrega están presentes, como ha sido la característica de este proceso de selección que encabeza el maestro Óscar Washington Tabárez desde 20016. Sin embargo, quedó claro que sólo con eso no alcanza.

A Uruguay le faltó un armador de juego. No lo fue Nicolás Lodeiro cuando jugó, en tanto Giorgian De Arrascaeta tuvo escasos minutos en un único partido.

Sin creación, todo quedó en manos de los goleadores, que estuvieron ausentes. Tabárez apostó por un fútbol de contención, con más volantes de marca que de creación, y no hubo ni siquiera argumentos para esperar un contraataque salvador. Se abusó del pelotazo y Uruguay terminó dejando en Chile una de las peores impresiones futbolísticas del torneo.

Para colmo, La Celeste no contará para el debut de las Eliminatorias con sus cuatro goleadores de los últimos años: Sebastián Abreu ya no entra en las convocatorias de Tabárez, Diego Forlán se retiró de la selección, Luis Suárez está suspendido por las cuatro primeras fechas y Edinson Cavani por la primera.

Si a eso se suma que el "Matador" no anotó en los cuatro partidos de Copa América y que Uruguay solo convirtió dos veces y a través de un defensa (José María Giménez) y un mediocampista (Cristian Rodríguez), el panorama es mucho más sombrío.

Tabárez necesita encontrar primero la creación y luego el gol y tiempo no le sobrará. Un partido, en setiembre ante Panamá, será todo lo que tendrá para hallar las soluciones de cara a las Eliminatorias para minimizar los daños hasta el retorno de Suárez.

Uruguay perdió a su conductor luego del Mundial. Diego Forlán dejó de ser citado y empezó una nueva etapa para La Celeste. Es cierto que en Brasil no estuvo ni cerca de lo que hizo en Sudáfrica, pero también lo es que desde entonces Uruguay no ha tenido un futbolista capaz de romper por el medio o meter pases para las diagonales de los puntas.

Ya sin Forlán desde la segunda mitad de 2014, Tabárez le dio la responsabilidad de la conducción celeste a Nicolás Lodeiro. Lo puso en una posición distinta a “Cachavacha”, pues lo ubicó como doble cinco para asegurar salida con balón al pie. Pocas veces se consiguió el objetivo y “Nico” terminó perdiendo el puesto en la Copa América.

Tabárez siempre dijo que Uruguay necesitaba primero encontrar cómo limitar al rival para luego tratar de lastimarlo. Con la dupla Arévalo Ríos-”Tata” González en el medio utilizada en los últimos partidos de la Copa América, la primera parte se logró, pero nunca se consiguió la segunda. Uruguay no tuvo respuestas ofensivas.

Sin Suárez, el peso del ataque uruguayo recayó en Edinson Cavani, quien no anotó en la Copa América. No solo no cumplió con su tarea, sino que ni siquiera fue el nueve de área que tanto ha reclamado ser. Se debe valorar su despliegue y entrega para colaborar en defensa, pero tuvo la ocasión de jugar arriba y apareció haciendo cierres de lateral zurdo.

Diego Rolan no fue en la Copa América la promesa que se esperaba. Abel Hernández entró bien ante Argentina, pero en los restantes juegos decepcionó. Jonathan Rodríguez tuvo pocos minutos y no se lo pudo evaluar, pero su velocidad aparece como una alternativa a tener más en cuenta en el futuro, sobre todo con De Arrascaeta lanzándolo.

SELECCIÓNDANIEL ROSA