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Ubiña y Barreto, dos leyendas

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El Peta y el Canario. Ubiña y Barreto son los protagonistas de la foto, con los barcos del astillero como únicos testigos en el viejo Parque Nelson.
Archivo El Pais

Allá por 1965, Rampla Juniors era considerado el tercer grande y su cancha, el Parque Nelson, una fortaleza junto a la bahía. El año anterior, el club había sido vicecampeón uruguayo. Uno de los defensores de aquel bastión era Luis Ubiña. Tan identificado estaba con la Villa del Cerro que vivió toda su vida allí.

Y como tal, le dio la bienvenida a un joven árbitro llegado de Melo, que hacía sus primeras armas en el referato: Ramón Barreto. Dos figuras que ya no están, pero llenaron muchas páginas de gloria para el fútbol uruguayo.

El Peta Ubiña, un marcador de punta de espíritu ganador, seguro, hasta inexorable con los punteros, fue titular en el Mundial 1966, todavía jugador de Rampla. Un año más tarde pasó a Nacional: sería el capitán en la memorable campaña de 1971, campeón uruguayo, de América y del mundo. También el brazalete de capitán celeste en México 70 y estiró su campaña internacional hasta las eliminatorias del Mundial ´74.

El Canario Barreto, que aparece en la imagen con el uniforme negro que en su época usaban indefectiblemente los árbitros, supo vestir la celeste del referato: arbitró tres mundiales y en dos de ellos fue juez de línea de la final: Alemania-Holanda en 1974 y Argentina-Holanda en 1978. Y le tocó dirigir el esperado y temido (por razones políticas) duelo entre las Alemanias del Oeste y del Este en el 74. También condujo la final olímpica de Montreal 1976, innumerables clásicos y choques por la Libertadores, que sabía manejar con su capacidad y su "cancha".

Con el tiempo hubo más puntos de contacto entre ambos, porque Barreto era hincha de Rampla y llegó a ser presidente del club. Y donó al club la pelota del partido de las dos Alemanias, que fue sorteado en una rifa.

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