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El sintético cambia todo

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Histórico. Los capitanes Diego Scotti y Seba Díaz se saludan en el primer partido del Uruguayo en piso sintético.

TORNEO APERTURA

Boston River decidió jugar de local en el Complejo Rentistas; ¿qué varía de jugar en pisos que no son naturales?

El piso de césped sintético se transformó en tema de charla de buena parte de los uruguayos allá por noviembre de 2009, cuando Uruguay debía afrontar el Repechaje tras las Eliminatorias Sudamericanas contra Costa Rica y jugar el primer partido en condición de visitante en el estadio del Saprissa, cuya “alfombra” estaba además bastante deteriorada.

Esa vez, la Celeste le ganó 1-0 a Costa Rica con el gol del por entonces capitán Diego Lugano. Después, la selección del maestro Tabárez sufrió pero se terminó clasificando al Mundial de Sudáfrica. Luego, historia conocida: Uruguay llegó a las semifinales y terminó en el cuarto lugar.

Por estos días el tema del piso sintético volvió a estar sobre la mesa en Uruguay pero por otra razón, y es que el domingo se jugó el primer partido de la historia del Campeonato Uruguayo en ese tipo de pisos. Fue en el Complejo Rentistas, donde se enfrentaron Boston River y Plaza Colonia por la primera fecha.

La mayoría de los equipos experimentarán la sensación de jugar en ese escenario, porque Boston River oficiará de local en la cancha de los “bichos colorados” durante la temporada.

A simple vista.

Cuando uno recorre la cancha de césped sintético -que conoció cierto boom en los últimos meses con el Mundial femenino Sub 17 que se jugó en Uruguay en noviembre de 2018 y que tuvo como escenario principal el Estadio Charrúa, que también fue revestido con piso sintético- percibe rápidamente que es muy diferente al césped natural.

Si bien el pasto artificial es un poco más alto que, por ejemplo, que el de una cancha de fútbol cinco tradicional, se nota que es bastante más duro que el piso de pasto natural.

El domingo los arqueros de la visita, encabezados por el titular Nicolás Guirin, salieron varios minutos antes que el resto a realizar los ejercicios precompetitivos. Y se notó que a nivel del piso la pelota viaja mucho más rápido, lo que genera cierta complicación para ellos. También para el resto de los jugadores, porque hay que tener un muy buen control, porque en varias ocasiones la pelota quedaba larga. Hacer un control orientado es trabajo para los más habilidosos.

Complejo. Presenta un aspecto renovado en su totalidad, con bancos modernos y un piso de primer nivel.
Complejo. Presenta un aspecto renovado en su totalidad, con bancos modernos y un piso de primer nivel. Foto: Juan Pablo Romero

Con los primeros minutos del partido se pudo observar otra gran diferencia: el pique cambia rotundamente. Se notó que los jugadores colonienses no estaban habituados a ese hecho.

A los futbolistas de Boston River se los notó más duchos en el tema, ya que están entrenando todos los días en el complejo y están más habituados al piso.

Por otro lado, varios protagonistas señalaron que hay un hecho que no pasa inadvertido y es que el piso “quema”, más con el calor que hizo el domingo.

Velocidad.

“El principal cambio es que varía la velocidad de la pelota. Pero hay otro hecho que no pasa desapercibido y es que te quema los pies con el calor”, le explicó a Ovación el muy buen arquero de Boston River, Gonzalo Falcón. “Las caídas duelen un poco más y te raspa bastante cuando te deslizás”, agregó. Él, como la mayoría de sus compañeros, optó por jugar con zapatos con tapones comunes porque “es imposible jugar con mixtos”.

Diego Gurri, pese a que ingresó en el segundo tiempo, fue una de las figuras de Boston River en el debut y el autor del gol del empate. “El pique, el calzado, son cosas que cambian. La pegada en el sintético es otra, es como un fútbol cinco grande. La pelota va mucho más rápido, y cuando te querés acordar ya la tenés abajo del pie, no es como el pasto que por lo general se te frena un poco más”.

Para el volante ofensivo adaptarse es más fácil porque viene de jugar en Deportivo La Guaira, que también oficiaba de local en una cancha con césped sintético y entrenaban en una. “Yo ya venía preparado, je”.

Por último, el entrenador de Plaza Colonia, Mario Szlafmyc, afirmó: “Es totalmente distinto y a mí no me gusta aunque prefiero jugar en esa cancha y no en una que está destruida. Para mí se desnaturaliza un poco el juego, el pique es diferente, mismo a la vista es diferente. Nosotros intentamos jugar con futbolistas rápidos y dinámicos, que se adapten a los rápidos recorridos de la pelota y pudieran llegar a tiempo. Tampoco queríamos perder jugadores de buen pie porque la cancha se presta para eso. Intentamos hacer un equilibrio”.

DIEGO GURRI

“Si lo sabemos aprovechar, puede ser una ventaja”

Boston River dejó el Complejo La Chacra, en las afueras de La Paz, en el que entrenaba el año pasado, para pasar a practicar en el Complejo Rentistas, donde jugará los partidos oficiales de local durante la temporada 2019, dejando también el Parque Artigas de Las Piedras.

Entrenar y jugar en cancha de césped sintético puede ser una ventaja para Boston River, porque es el único club que tendrá ese privilegio, más teniendo en cuenta que en Montevideo y en el país hay muy pocas canchas de sintético con las medidas reglamentarias.

“Si lo sabemos aprovechar pienso que podemos sacar ventaja”, explicó Diego Gurri, quien agregó: “Serán importantes los primeros minutos, cuando ellos no le han encontrado la mano a la cancha”.

Como contrapartida, ese hecho tiene algo negativo para los rojiverdes porque pierden la costumbre de jugar en césped natural. “Ya nos pasó en los amistosos... De jugar siempre en sintético ibas a la cancha y estábamos desacostumbrados”, puntualizó Gurri.

Para contrarrestar ese hecho la idea del técnico Gastón Machado es entrenar tres días a la semana en canchas naturales en las semanas en la que la institución sea visitante.

Por su parte, Mario Szlafmyc le dijo a Ovación que “en Colonia no hay canchas de sintético, pero el día anterior entrenamos en el Complejo Rentistas e hicimos bloques de fútbol para que los jugadores le agarraran la mano al nuevo campo de juego”.

Y agregó que “reglamentariamente, cuando se juega en este tipo de terrenos, la FIFA dispone que es obligatorio que el locatario le brinde dos entrenamientos de una hora cada uno en el lugar donde se va a jugar el partido de forma oficial”.

“Mis futbolistas jugaron con tapones comunes, como siempre. Notaron que les quema el piso por el calor, por el caucho, que calienta mucho y que las caídas raspan más de lo normal. No es antirreglamentario, es lícito, por lo que hay que adaptarse”, explicó el joven entrenador de Plaza Colonia.

a dos toques

Los pisos de sintético

Durabilidad: En el mundo se recomienda cambiar los pisos de césped sintético tras 10 o 12 años de uso ininterrumpido aunque generalmente llega a los 15 años sin grandes problemas.

Escenarios: El Estadio Charrúa, el Complejo Uruguay Celeste, Los Céspedes y el Complejo Rentistas son los cuatro lugares con cancha sintética con medidas reglamentarias.

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