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Rodrigo Viega lleva dos años en Progreso: un gaucho más

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Pajita
Francisco Flores

PROGRESO

El volante viene de hacerle el sábado pasado, un gol a Peñarol, un club al que respeta pero en el que ya no piensa.

En el Paladino las cuerdas estaban repletas de camisetas que aprovechaban el viento para secarse. Como si fuera un cuadro de barrio. En realidad lo es, porque en La Teja todos están pendientes de Progreso. Hoy no hay posibilidades de hacer doble horario ni de concentrar, pero los futbolistas saben que llega el quinto día de cada mes y los sueldos nunca fallan. Muchos lo atribuyen a que el presidente, Fabián Canobbio, fue uno de ellos.

Los futbolistas cumplían con los últimos minutos del movimiento en mitad de cancha. “Es el cuarto bloque”, gritó el técnico Leonel Rocco. Entre ellos está Rodrigo Viega, el volante que entró el sábado pasado para jugar los últimos 30 minutos frente a Peñarol, cambió el partido y anotó el gol del empate.

“Por suerte pude ayudar a los compañeros. Y quedé muy contento por la actuación y por el gol que significa mucho”, dijo Rodrigo sentado en la tribuna del Paladino, el lugar que es su casa desde hace casi dos años. “En Progreso encontré un lugar en el que me siento cómodo. Al principio fui de a poco con Marcelo Méndez, que era el técnico cuando llegué. Fui de menos a más y cuando agarré minutos me sentí muy cómodo. Y la gente, la hinchada, siempre fue muy bien conmigo. Y ahora desde que llegó Leo (Rocco) también me siento bien. Estoy contento con el cuerpo técnico y con los dirigentes. Que el presidente sea un exjugador es muy bueno. Siempre está cerca nuestro”.

El riverense no festejó su gol frente a Peñarol, un equipo que significó mucho para él. “Fue el que me abrió las puertas acá en Montevideo. Estuve en las formativas y me dio la oportunidad de jugar en Primera División. Le debía mucho y más que nada por eso no lo festejé; por respeto hacia el club”.

EL PUEBLO. Viega llegó a Peñarol a los 17 años desde el Sarandí Universitario de Rivera. Y el primer año en la capital no resultó nada sencillo. “Me costó bastante. Vivía en una casa que tenía el Grupo Casal, que fue el que me trajo de Rivera, con varios compañeros más. Pero extrañaba mucho. Fin de semana por medio me iba para Rivera”.

En realidad Peñarol fue su tercer intento en la capital. Ya había venido, siendo más chico, a Defensor Sporting y a Danubio. “Estaba un par de semanas y me volvía a Rivera. No aguantaba”, contó quien siempre que puede sigue yendo a su pueblo.

“Voy pero no tan seguido. Depende de los días libres que nos dan acá. Cuando tenemos dos días me voy para reencontrarme con los amigos y la familia. Lo que más se extraña son los afectos y la vida tranquila. Es el pueblo de uno y donde se pasa más cómodo”.

Temperley

Del otro lado del charco

En la temporada 2016-2017, Viega cruzó el charco para jugar en Temperley como cedido de Peñarol. “Estuve un año en Argentina. Los primeros seis meses me fue bien y jugué algunos partidos, pero después ya no me fue bien. Tuve unos problemas familiares, que no vienen al caso ni son excusa tampoco. Claro que me hubiera gustado quedarme y pasar a otro equipo de Argentina. Y tuve posibilidades para volver, pero decidí quedarme en Uruguay”.

Hoy Viega ya no pertenece a Peñarol, es 100% de Progreso. Cuando llegó por primera vez al club del Pantanoso, lo hizo a préstamo. De la misma forma en que fue a Juventud, a Wanderers, a El Tanque y a Temperley de Argentina. Siempre cedido por Peñarol.

EL 9. “No sé si duele. La primera vez que me dieron a préstamo me costó, pero al mismo tiempo eso me daba más fuerza para salir adelante. Tenía claro que tenía que rendir en el otro equipo para poder volver a Peñarol, al club que me prestaba. Y poder jugar. No sé me dio la chance y ahora ya no pienso en eso”, enfatizó el exnúmero 9.

“Hasta que llegué a Montevideo, durante todas las inferiores era 9, jugaba adelante. Después me fui yendo para atrás y para atrás. No sé por qué, se ve que los técnicos me veían con buen recorrido. Y acá estoy. Hoy ya no me gustaría volver a jugar de 9, ya estoy adaptado a la posición de volante”, afirmó sobre un sector de la cancha en el que ha probado todos los puestos.

“En el medio he jugado de todo un poco, pero ahora me estoy sintiendo bien en la posición que me está poniendo Rocco: de volante, pero más adelantado. Ahí me siento cómodo porque llego bastante al área y tengo para jugar”.

Antes de que comenzara el Intermedio, Rodrigo tuvo la posibilidad de volver a salir al exterior: a un club de Paraguay. Como al técnico le advirtieron sobre esa posibilidad no lo utilizó en los amistosos. La chance no se concretó y se bajoneó un poco. Como Rocco no lo veía del todo bien y además había sufrido una contractura durante la pretemporada, no lo utilizó desde el vamos en los dos primeros partidos del torneo Intermedio. Pero tanto ante River Plate como frente a Peñarol, ingresó para jugar la última media hora. “Un poco me afectó sí porque pensaba que era el momento para irme, pero igual estoy contento de estar acá”, admitió.

COPA. El sábado los dirigidos por Rocco visitarán a Nacional en el Gran Parque Central. Y Rodrigo Viega será titular. Así como ya no piensa en Peñarol, aseguró que el partido ante Nacional tampoco significa nada especial. “Es un grande y sabemos que habrá muchas miradas sobre nosotros. Contra ellos jugás siempre televisado, es importante para nosotros y para el club”, aseguró quien espera colaborar para que Progreso vuelva a jugar una copa, lo que no consigue hace 30 años.

“Hoy estamos séptimos en la Tabla Anual y lo que queremos es meter un buen Intermedio. Terminar lo más arriba posible porque el objetivo es meterse en una copa. Conseguir algo importante con el club, porque hace mucho tiempo que no juega una copa. Sería muy importante para nosotros”, culminó Rodrigo, a quien sus compañeros siguen llamando “Pajita”, un apodo que parece haberle quedado para siempre.  “No me molesta para nada. Sé que suena mal a veces, pero no me molesta. Je”.

Viega
En acción. Rodrigo  ante la mirada de Millacet y del técnico Rocco. Foto: Francisco Flores.
familia

Se enamoró en Tranqueras

Rodrigo cumplirá 28 años el mes próximo. Nació en Rivera el 7 de agosto de 1991. Ha madurado, lo que se nota dentro y fuera de la cancha.
Hoy está en pareja con Karen y ambos son padres de Emiliano, de tres años. Ella es riverense como él, de Tranqueras y allí fue donde la conoció.

la mirada del DT

Rocco: "Viega es el jugador diferente"

“Para nosotros Rodrigo es un jugador muy importante. En el Torneo Apertura fue titular en todos los partidos, salvo cuando se lesionó. Fue siempre titular indiscutido. En la pretemporada tuvo una pequeña lesión que le impidió jugar los amistosos. Y cuando volvimos de la pretemporada en Colonia a mí me dijeron que no podía contar más con él porque tenía un pie en el exterior. Por eso en el último partido amistoso que jugamos con Liverpool él estuvo en el equipo B”, contó Leonel Rocco, el técnico de Progreso.

“Después se le cayó la transferencia y lo vimos que estaba un poquito enredado. Además de que como no había jugado los amistosos, en la parte física le faltaba un poquito. Contra River, en el primer partido, lo llevamos al banco igual que con Peñarol. Pero en la semana previa ya lo vimos bien, en otra onda. Hicimos 60 minutos de fútbol con la Tercera y lo vimos muy bien”, agregó.

“Hablé con él en la semana y le dije que lo necesitábamos. Precisábamos de él porque es el jugador diferente que tenemos. No lo mandé de arranque porque justamente necesitábamos alguien para cambiar. No estábamos seguros que pudiera jugar los 90 minutos, entonces era ponerlo y sacarlo a los 60’ o 70’ o hacerlo esperar en el banco al igual que a Agustín para poder cambiar algo. Y la verdad, la estrategia nos salió bárbaro porque el partido cambió. Ahora ya está mucho mejor en lo mental. Y lo que pasó con Peñarol le vino bárbaro porque prácticamente todos lo dieron como figura en los 30 minutos que jugó. Y eso suma muchísimo para él y para poder estar frente a Nacional”.

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