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Recibimiento de campeonato

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Ricca
Archivo El Pais

El plantel uruguayo arribó a Carrasco entre canciones, banderas y aplausos.

Los jugadores celestes comenzaron a aparecer a lo lejos con sus equipajes, pero la salida al salón principal del aeropuerto se demoraba. Más de un centenar de personas, que esperaba hacía más de dos horas, se comenzó a impacientar ya que quería recibir a los campeones pero ellos aún no salían. Es que tenían su razón: pretendían aparecer en grupo, todos juntos, y por eso esperaron hasta que toda la delegación estuviera lista.

Más de veinte minutos después, los jugadores fueron apareciendo de a uno, sonrientes y luciendo las medallas en su pecho. El público, en su mayoría familiares y allegados a los futbolistas, coreaba el "Dale campeooón..." y "Soy celeste".

Entre el público, un grupo de más de veinte personas se llevaba todas las miradas, por el bullicio y la inventiva en las canciones que entonaban.

Era fácil de identificar por quién venían; varios vestían camisetas de Defensor con el nombre de Lozano y los que no, lo dejaban claro al cantar: "Ya viene el huevo campeón, huevo campeón", cantaban.

Cuando el jugador apareció y los periodistas lo demoraron, el grupo no se contuvo y se acercó a felicitar al héroe del barrio Lavalleja. Luego de una gran cantidad de besos y abrazos, ya más tranquilo, Lozano analizó la participación uruguaya y destacó que, a pesar del poco tiempo de preparación, el equipo logró tener un gran desempeño. "Estoy viviendo un sueño que se cumplió después de mucha lucha", afirmó el volante.

Esa opinión fue compartida por su padre, Víctor, que con la medalla en su cuello —regalo de su hijo— explicó: "Está ahí por el esfuerzo. Salimos de un barrio que se lo margina y él demuestra que esto se puede lograr, que hay talento". Además, contó que durante los Juegos prefirió mirar los partidos acompañado ya que tenía miedo que "por la emoción me viniera algo".

Alejado del bullicio que generaban los jugadores, el entrenador Fabián Coito salió al salón principal del aeropuerto de Carrasco. Tranquilo, pero con signos evidentes de felicidad, el entrenador habló con Ovación.

"Ganar un torneo de este tipo es estimulante, siempre da muchas alegrías. Estamos contentos por cómo se dio", dijo. Además, recordó el partido ante Brasil. "Ganarle a Brasil de atrás genera una euforia bárbara. Con ellos siempre hay rivalidad, pero todo queda en la cancha", dijo.

El conductor celeste resaltó la actitud de los jugadores, que aceptaron el desafío y fueron a competir. Con respecto a aquellos futbolistas que no formaron parte del plantel pese a ser convocados, opinó: "Los que no fueron tendrán sus razones, que no las sé, pero en este momento no me interesan".

Mientras Coito hablaba, la hinchada de Lozano coreaba: "No es la mano de Dios, no es la mano de Dios, es la pierna del Huevo la que nos hizo salir campeón". El entrenador, con una sonrisa, dio su opinión: "Jugaron un gran campeonato, se comprometieron y entendieron la importancia del certamen. No fuimos a jugar un torneo más".

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Ricca

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