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"Rafa" García: una carrera donde la razón y corazón son las premisas básicas

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Rafael García junto a sus dos hijos, Lautaro y Valentín. Foto: Ricardo Figueredo.
R.FIGUEREDO

ENTREVISTA

“Está fuera de discusión lo que hizo Álvaro (Gutiérrez); los que no lo quieren deben ser de Peñarol”, aseguró el volante tricolor.

Rafael García nació un 6 de enero. Lo trajeron los Reyes hace 30 años. Quizás por eso es como es. Noble y decidido a pelear cada pelota y a dejar el alma en la cancha. Por eso los hinchas de Nacional lo adoran y lo quieren siempre en el equipo.

“Estoy muy contento y feliz conmigo mismo porque se dieron las cosas como queríamos a pesar de que el año fue muy, muy difícil. Arrancamos dejando muchísimos puntos y la peleamos siempre de atrás. Al final tuvimos la alegría de salir campeones. Haber cumplido con el objetivo me deja muy tranquilo”, dijo Rafa mientras atendía los pedidos de Valentín, su hijo menor.

Fue Campeón Uruguayo cuatro veces con la camiseta tricolor en el pecho. Pero el que ganó hace una semana fue diferente. “Todos son lindos, pero este tuvo esa particularidad de haber arrancado muy mal. A pesar de que tuvimos buenos momentos durante el campeonato nunca podíamos estar tranquilos. Peñarol ya había ganado el Apertura y tenía finales aseguradas. Y con la posibilidad de ser tricampeones. Algo que hacía veinticinco años que no sucedía. Era una responsabilidad y una presión importante para nosotros. Por eso hay que destacar al grupo que se bancó eso y supo jugar con esa mochila”, explicó el fernandino que está pasando con sus hijos unos días de descanso en su Maldonado natal.

Justamente, fue allí donde dio sus primeros pasos en el fútbol. El baby fútbol en el URU y luego en Deportivo Maldonado. “A los 13 años pasamos a cancha de once en Deportivo, en Séptima y Sexta, y luego ya vine para Nacional. Me trajo Pereira, un señor que era cónsul allá. Y estaba Daniel Enríquez como coordinador”.

Tenía 16 años y llegó para vivir en la casona, pero contrariamente a lo que suele suceder con los juveniles que vienen del interior no sufrió el desarraigo. “La pasaba muy bien. Me gustaba estar ahí y tuve compañeros que me lo hicieron todo más fácil. Me ayudaron a que no sufriera ni extrañara. Como Facundo Píriz y el “Cabecita” Cristian Paz, que hoy son amigos. Y cuando podía, una vez cada dos semanas me iba a Maldonado, era para lo que me alcanzaban los viáticos que nos daban”.

VIRTUDES. Antes de llegar a debutar en la Primera de Nacional, lo dieron a préstamo a Rampla. Pero no lo tomó mal. “Siempre fui consciente de mis virtudes y mis defectos. Es una de las cosas buenas que tengo. Fui a Rampla por una cuestión lógica, porque en el primer equipo de Nacional había jugadores que tenían un nivel superior al mío. Y yo a pesar de que era muy joven lo entendía a la perfección”.

Al pedirle que se definiera como jugador, se tomó unos minutos. “Pahh, qué difícil. Soy un jugador que busca hacer las cosas lo más sencillas posibles. Y que usa la cabeza a la hora de tomar decisiones. Estoy constantemente pensando en la cancha. Necesito pensar para poder igualar a jugadores que técnicamente son mucho mejores. Pero a veces esos jugadores no entienden tan bien el fútbol”, explicó.

“Por ejemplo, yo veo jugadores que tienen una gran técnica, una calidad increíble que me encantaría tener, pero se equivocan a la hora de tomar decisiones de juego. En cosas sencillas. Paran la pelota y tienen que tocar, pero corren. O al revés. Toman decisiones incorrectas y ahí es que yo trato de sacar ventaja”.

Rafael García celebrando con la copa luego de vencer a Peñarol. Foto: Leonardo Mainé.
Rafael García celebrando con la copa luego de vencer a Peñarol. Foto: Leonardo Mainé.

GOLAZO. Convirtió cuatro goles en su carrera. Uno con Rampla, otro con Fénix y dos con Nacional. Pero uno fue espectacular. Lo hizo para los “picapiedras” desde la mitad de la cancha y frente a Nacional. “Fue el mejor o el más llamativo. A estadio lleno. Y contra Nacional, que peleaba el campeonato con Defensor”.

Nunca tuvo representante, salvo un período en que se movió con el “Boca” Gerardo Arias. “He sido afortunado porque nunca tuve la necesidad de buscar equipo. Cuando fui a México fue porque el Morelia me vino a buscar. Y cuando fui a Tucumán lo mismo”, admitió.

No tiene pelos en la lengua al referirse a la salida de Gutiérrez. “Está fuera de discusión que lo hizo bárbaro. Las personas que no quieren a Álvaro, deben ser hinchas de Peñarol. Vino y agarró un plantel que no armó y que no tenía una idea definida. Habíamos perdido un montón de partidos, estábamos anímicamente destrozados y con la presión de que se venía el tricampeonato de Peñarol”.

Tiene un año más de contrato, pero jamás se quedaría en un lugar donde no lo quieran. “Estar por estar, no. A principios de este año quisieron que me fuera, pero yo estaba convencido que íbamos a ser campeones. Y lo mismo pasó a mitad de año, pero Álvaro (Gutiérrez) me pidió que no me fuera a ir”, contó.

“Soy de vivir el presente, no soy de proyectar ni de mirar atrás. Ahora quiero descansar y prepararme bien para volver a intentar cumplir con los objetivos que en Nacional no son otros que ser Campeón Uruguayo. No tengo nada planificado ni grandes sueños o metas. Siempre voy año a año”.

La mayor pérdida y el amor de padre.

El momento más difícil de su vida fue cuando mataron a su padre, que trabajaba como taxista en Maldonado. Él llevaba poco en el primer equipo de Nacional.

“Estaba en mi casa durmiendo la siesta cuando me avisaron. Habíamos ganando el Apertura y habíamos ido a bailar, a festejar la noche anterior. Tuve que asumir la responsabilidad. No me quedó otra”, dijo. Es el mayor y se sintió responsable de su hermano Ignacio y de su madre Nibia.

Hoy Rafa es padre de dos varones: Lautaro, de diez años, y Valentín, de dos. Estaba haciendo el curso de entrenador pero lo dejó porque le quitaba muchas horas de las que comparte con ellos. “No sé como soy como padre. Trato de ser lo mejor posible. Me gusta disfrutar de las cosas sencillas, como ver caminar a Valentín o cuando dice una palabra nueva. Las cosas más boludas”. Los tres pasarán Navidad en Punta del Este con la abuela Nibia.

El "Muñeco" Gallardo iba con él a la guerra.

Es la entrega lo que caracteriza a García. Basta recordar la frase del “Muñeco” Marcelo Gallardo, quien lo hizo debutar en Primera. “Si voy a la guerra, voy con Rafa García”.

“Soy fuerte, no me doy por vencido. Quizás por eso es la entrega. Pero en mi carrera me expulsaron solamente una vez, con Newell’s, y la gente cree que vi la roja muchas veces. Es por la cabeza. Yo doy el máximo, pero también pienso”, aseguró.

A propósito de su forma de ser, no son pocos los hinchas que recuerdan cuando corrió hacia al arco de Peñarol para hablarle a Migliore antes de que el “Chino” Recoba rematara el tiro libre que terminó en gol y en victoria clásica de atrás. “Ni me acuerdo lo que le dije. Le debo haber dicho alguna guarangada, alguna desubicación de las mías. Estaba convencido que iba a ser gol y lo mismo me dijeron después muchos hinchas. Esa era la sensación que había en el Estadio. Nunca me había pasado. Intenté volver a sentir lo mismo en otros partidos, pero eso mágico no siempre se da”, relató Rafa.

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