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Quinquenio: A 20 años del último gran ciclo aurinegro

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Foto: archivo El País.

HACIENDO HISTORIA

Peñarol tuvo, entre 1993 y 1997, una serie triunfal: fueron cinco torneos intensos, repletos de episodios emotivos, dramáticos y también polémicos.

Foto: archivo El País.
Foto: archivo El País.

Empezó una tarde otoñal de 1993 con un empate frente a Defensor, entre algunos silbidos impacientes, y culminó la noche del 12 noviembre de 1997 -hace justo 20 años-, también contra Defensor, ante un Centenario repleto y eufórico. Entre esos dos partidos, Peñarol vivió su segundo Quinquenio por el Campeonato Uruguayo, una etapa intensa, festiva, llena de momentos dramáticos y también de polémicas.

Cinco años son mucho tiempo para los equipos uruguayos, habituados a cambiar sus planteles cada temporada. En realidad, aquel Peñarol también cambió bastante. El primer día jugaron Ferro; Tais, Quintana, Lima, Bergara; Dorta, José E. de los Santos, Bengoechea; Vidal (luego Cedrés), Martín Rodríguez (Otero) y Darío Silva. En el último: Flores; Serafín García, Olveira, Goncálvez, Adinolfi; Rotundo, Ruben Pereira, Bengoechea (De Souza), Pacheco; Aguilera (Zalayeta) y Romero (De Lima).

Si bien Pablo Bengoechea no fue el único jugador que estuvo durante los cinco campeonatos, se consagró como el símbolo de aquellos años, porque el equipo se movía a su compás y además originaba buena parte de los goles, con sus pases, sus centros de pelota quieta o sus tiros libres. A su alrededor, el equipo se fue renovando sin perder las características que le dio su técnico durante cuatro años, Gregorio Pérez: una defensa fuerte, un mediocampo batallador, delanteros veloces y ágiles, más el toque de inspiración de hombres como Pacheco y Aguilera. Cuando Jorge Fossati, el DT en 1996, quiso modificar algunos aspectos del esquema, encontró resistencias en los futbolistas.

No fue un equipo brillante, incluso tuvo algunos resultados adversos y bajones de juego. Tampoco avanzó mucho en los torneos internacionales (salvo dos finales de la fugaz Copa Conmebol). Pero se terminaba imponiendo por la convicción en sus fuerzas, sobre todo en los enfrentamientos ante sus grandes rivales del momento, Nacional y Defensor. En esos cinco años, el aurinegro jugó 17 clásicos por el Uruguayo, de los cuales ganó 12, empató dos y perdió tres. Frente a los violetas obtuvo 10 victorias, cuatro empates y una derrota.

También resultó un período de controversias, que se dieron frente a los otros clubes, la prensa deportiva o Paco Casal. Algunas, originadas por el propio presidente del club, José Pedro Damiani, con su estilo vehemente y directo; a veces a propósito, para cohesionar a los suyos. La violencia que crecía le costó además la pérdida de puntos en dos ocasiones. Y a medida que se acercaba el objetivo del Quinquenio, públicamente asumido por Damiani cuando promediaba el recorrido, el ambiente fue tomando mayor temperatura.

En varias oportunidades incluso estuvo cerca de perderlo todo, pero sus remontadas también forman parte de esta historia.

-En 1993 parecía encaminado a un título sin sobresaltos, pero la arremetida de Defensor y algunos puntos perdidos pusieron incertidumbre hasta la última fecha, cuando entre la derrota violeta ante Danubio y el empate propio contra Cerro (la tarde de la multitud de mascotitas) aseguraron el título.

-Un año más tarde el aurinegro perdió el Apertura, sancionado con el descuento de cuatro puntos debido a los incidentes previos al clásico, que terminaron con la muerte del hincha tricolor Walter Posadas. Nacional empezó mejor el Clausura, pero Peñarol consiguió descontarle tres puntos de diferencia y alcanzó las finales ante Defensor. En esa definición, luego de dos empates, el violeta estuvo en ventaja hasta el minuto 76 de la finalísima. Lo empató Baltierra y en los descuentos lo ganó Darío Silva.

-En 1995 se le complicó el Apertura, que primero pareció de Nacional y luego de Liverpool, hasta que en los instantes finales del último partido Bengoechea convirtió de tiro libre para empatarle a River y forzar un desempate con los negriazules (que también ganó). El Clausura fue de Nacional, tras vencer a Peñarol por penales en un desempate. Hubo que disputar tres clásicos más por el Uruguayo. Y en el minuto 89 del último, otro gol de Bengoechea aseguró el campeonato.

-Obtuvo con cierta holgura el Apertura ’96 y perdió por amplio margen el Clausura ante Nacional. Fossati estuvo a punto de ser cesado. Los tricolores pasaron a ser los favoritos para las finales, pero un gol de Tais en el minuto 85 del primer partido terminaría resultando clave para el cuarto título.

-El cierre, en 1997, estuvo más cargado de pasiones que todo lo anterior. Nacional había ganado el Apertura y el Clausura empezó mal para Peñarol: perdió los puntos ante Rampla en Las Acacias debido al comportamiento de su hinchada. Se cortó la relación con la prensa y organizó una transmisión radial oficial para los partidos. Defensor terminó ganando el Clausura, pero la posición en la tabla anual (previa una muy debatida interpretación reglamentaria) le permitió al aurinegro alcanzar la definición del Uruguayo. Eso, y también una serie de triunfos cuando solo le servía ganar, lo cual incluyó un 4-3 a Cerro en la hora, una remontada clásica y un discutidísimo gol de Carrasco a Defensor. Por esos días, su recién ascendido juvenil Fabián Perea falleció en un accidente. En la semifinal, otra remontada ante Nacional. Después, dos triunfos ante Defensor para completar el ciclo.

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