El Ministerio del Interior vive una realidad diferente a la que vivimos la mayoría de los uruguayos. Y esta decisión de no entrar a los estadios en los clásicos es sólo una perla más al largo collar de desaciertos en cuanto a la seguridad ciudadana.
JOSÉ MASTANDREA
Dejar a los espectadores expuestos a los violentos, a los antisociales que se escudan en el fútbol para agredir y robar, es estar lejos, muy lejos de lo que pasa a diario en el país. No es sólo en los estadios de fútbol hay violencia. Pasa en todos lados. En un partido de futsal, como sucedió días atrás, en las elecciones de Cerro, la semana anterior, en cualquier encuentro ‘caliente’ de básquetbol, y hasta en los festejos tras una coronación de Uruguay. Pero la culpa es del fútbol. ¿Y lo que pasa en la calle? La culpa es de todos, hay que quedarse en casa, encerrado, rejas de por medio. Esa sería la solución ‘lógica’ del Ministerio. ¿O no?
DESDE EL ARCO