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Pusieron a Peñarol por encima de todo

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Enrique Arrillaga. Foto: Estefanía Leal.

EN EL ÁREA

Enrique Arrillaga. Foto: Estefanía Leal.

En tiempos en los que el ego suele estar por encima de muchas cosas, Ignacio Ruglio implementó en Peñarol una política de conducción que apuesta a poner a la institución por delante de todo y de todos.

Y una clara muestra de eso fue lo que ocurrió el martes por la tarde en Los Aromos. Mauricio Larriera, quien dejó su cargo, tuvo una charla ante el plantel junto a Leonardo Ramos, el director técnico entrante en un hecho más que inusual en el fútbol.

En un ambiente en el que la soberbia está a la orden del día y a pesar de que lo de Larriera fue una renuncia y también que lo une una amistad con Ramos, lo que pasó en Los Aromos no debe quedar en el olvido y ojalá que en la medida de lo posible se transforme en una costumbre porque son los gestos que invitan a los hinchas a creer que en el fútbol no está todo perdido, que hay una esperanza y que con poco se puede hacer mucho.

Y está claro que de pique hay opiniones divididas al respecto con hinchas que repudiaron esta instancia, cuestionando el accionar del presidente y los involucrado y otros que aplaudieron la medida, entendiéndola como un acto normal.

Sin dudas que no fue algo normal. Fue algo inusual e inédito en la institución mirasol, pero el martes el ego de los cambios de mando quedó a un lado. Ganó el profesionalismo, la humildad y el respeto. Pusieron a Peñarol por encima de todo y eso, para el club, es lo más importante al final del día.

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