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Progreso y Boston River, con goles cedidos

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Facundo Labandeira y Diego Coelho

ENTREVISTA

A Facundo Labandeira y Diego Coelho les costó salir de Nacional, pero hoy lo valoran

Facundo Labandeira y Diego Coelho fueron cedidos por Nacional a Progreso y Boston River, respectivamente. Ambos salieron para sumar minutos y le responden a sus nuevos equipos con goles.

Labandeira pasó su día libre en Mendoza Chico, el pueblo ubicado a 16 kilómetros de Florida, donde se crió. Sabe que en el pueblo, de unos 5.000 habitantes, hoy son todos hinchas de Progreso. Facundo lleva un mes en el equipo del Pantanoso. El domingo se despachó con un gol y una asistencia para el triunfo de los dirigidos por Marcelo Méndez ante Rampla. “Cuando cambio de equipo el pueblo tira para ese cuadro”, reconoció Facundo riendo.

“Siempre que tengo libre me vengo. Estar cerca de la familia, estar en casa, siempre viene bien”, dijo sobre sus padres Alejandro y Mariela. Además de ir a ver a la familia, Facundo dio ayer en Florida el examen de conducir y lo salvó.

Diego Coelho, por su parte, le dio la victoria a Boston River ante Liverpool. Ya lleva anotados dos tantos en las tres fechas disputadas. “Estoy contento. Por suerte he aprovechado las situaciones que me han quedado. Boston River juega muy bien y eso facilita las cosas”, dijo Coelho en la casa paterna de Punta Gorda.

Hacer el camino a la inversa y pasar de la comodidad de Los Céspedes a equipos que tienen carencias de infraestructura no es sencillo. “Yo iba a sumar minutos y ese tema era secundario para mí. Aunque al principio cuesta, porque las condiciones que tenés en Nacional es difícil encontrarlas en otro lado. Es un cambio muy grande, pero lo voy llevando bien. Me voy adaptando”, explicó Facundo.

“En mi caso fue una posibilidad que yo manejaba. Antes de arrancar la pretemporada el ‘Cacique’ me preguntó qué quería hacer. Y yo decidí salir porque quería jugar. Le estoy agradecido a Boston River que me fue a buscar y ahora me debo al club”, contó Coelho. “No pienso mucho en lo material, Boston River para ser un cuadro chico se maneja bien. Tenemos ropa, vestuario y agua caliente. Mientras tengamos eso que es lo principal para entrenar... Además, me tocó un grupo muy bueno, con referentes como Scotti, Pablo Álvarez, Robert Flores y el ‘Hormiga’ Valdez. Jugadores que me hicieron sentir muy cómodo en el plantel. Si no siento esa diferencia entre Nacional y Boston River es por el gran grupo que encontré”, añadió Diego.

Labandeira también encontró un buen grupo y viejos conocidos. Joaquín Gottesman y Anthony Sosa fueron compañeros suyos en las juveniles tricolores y se la hicieron más fácil. “Pero no solo ellos. Mauricio Loffreda, que es el capitán, enseguida se acercó a hablarme y hay jugadores de experiencia como Nicolás Freitas y Julio Mozzo. Son referentes que siempre te dicen palabras de apoyo y aliento”.

"Costó, sobre todo por mi amor al club, porque soy hincha de chico. No es una decisión fácil. Cuando pasás cerca de Los Céspedes sentís un poco de nostalgia"

Diego Coelho. Foto: Ariel Colmegna
Diego CoelhoJugador de Boston River

Para los jóvenes futbolistas tampoco es fácil aceptar que deben irse del club que aman. “Cuesta, sobre todo por mi amor al club, porque soy hincha de chico. No es una decisión fácil de tomar. Cuando ves a Nacional o pasás cerca de Los Céspedes se siente un poco de nostalgia”, reconoció Coelho, quien no ha querido ir a ver a los tricolores.

"Al principio me costó asumirlo, porque no me quería ir de Nacional, pero cuando salió lo de Progreso, con el Apertura que había jugado, me gustó y vine"

Foto: Gerardo Pérez
Facundo LabandeiraJugador de Progreso

“Mi idea era quedarme y sumar minutos en Nacional. Pude tenerlos en el torneo Apertura, pero pocos. Entonces lo hablé con el ‘Cacique’ y la idea, pensando en el futuro, fue salir a préstamo. Al principio me costó asumirlo, porque no me quería ir de Nacional. Pero cuando salió esta posibilidad de Progreso, al ver el cuadro y el Apertura que había jugado, me gustó la idea y me vine”, relató por su lado Labandeira. “Cuando llegué Marcelo Méndez me explicó el estilo de juego, que es muy parecido al de Nacional (con extremos bien abiertos) y me recalcó que confiaban en mí”, agregó el floridense.

En las copas.

“Cuando llegué me dijeron que el objetivo era salvarse del descenso, porque a veces para un club que recién subió es difícil aguantar la permanencia, pero el domingo hablábamos de meternos en una Copa. Hoy estamos en esa posición, aunque falta mucho”, dijo Labandeira sobre Progreso, que está octavo en la tabla Anual.

“Nosotros queremos sumar para la Anual para que Boston juegue Copa por tercer año consecutivo. Apud lo resalta siempre y los compañeros también”, finalizó Coelho.

Facundo Labandeira en Progreso. Foto: Marcelo Bonjour
Facundo Labandeira en Progreso. Foto: Marcelo Bonjour

“Sabíamos que iba a ser un partido difícil con un rival directo. Ellos venían de una derrota en la Copa y había que aprovecharlo. Al principio se me dio una chance que me tapó Odriozola, pero pude concretar después”, contó Labandeira sobre el partido ante Rampla.

Fue a una práctica de aspirantes.

Tras jugar en Atlético Florida, Facundo se presentó a una práctica de aspirantes en Nacional, a la que lo llevó la mamá de un amigo, y quedó. Arrancó en Quinta y tras dos semestres en Cuarta y dos años en Tercera, lo subió Martín Lasarte. Los primeros dos años iba y venía de Florida hasta que su hermano se mudó a Montevideo. Hoy, ya radicado en la capital, vive con su novia.

Diego Coelho, cedidos de Nacional a Boston River. Foto: Fernando Ponzetto
Diego Coelho, cedido de Nacional a Boston River. Foto: Fernando Ponzetto

“Lo veníamos buscando con Mastriani, una nos tenía que quedar. Hasta que ‘Gonza’ tiró un centro rastrero y yo amagué a ir al primer palo y el zaguero fue para ahí. La pelota cayó en el corazón del área y la pude mandar adentro”, dijo Diego sobre su gol a Liverpool.

Criado en el vestuario tricolor.

Aunque él no lo recuerda se crió en el vestuario de Nacional con su padre Fabián. A los seis años arrancó en Albion de Aufi, que era la filial tricolor. Hizo hasta los 13 años y en Séptima costó sacarlo para otro equipo. Unos compañeros del colegio lo convencieron de ir a Fénix y en el equipo de Capurro hizo todas las juveniles, desde Séptima a Tercera. Y siempre fue goleador.

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