JORGE SAVIA

¡Ah, qué sensación incomparable! Tanto Gerardo Pelusso como Gustavo Matosas, van a debutar. En este caso como técnicos, nada más ni nada menos que en el clásico del fútbol uruguayo.

Por eso, entonces, es comprensible -aunque la procesión vaya por dentro, claro- lo que "andan diciendo por ahí", de que lo van a dis-frutar y, más aun: que ya están disfrutando el cosquilleo propio e intransferible que conlleva la feliz ansiedad de cualquier debutante.

Eso, sin duda, es lo que más los iguala. Aparte de que ambos guiaron a un mismo equipo -Danubio- a la obtención del título de campeón uruguayo.

En otras palabras: contentos, tristes o con hí-bridos estados de ánimo consecuentes -respectivamente- de un triunfo, una derrota o un empate, ni en la trayectoria del entrenador tricolor, que es más extensa, ni en la del aurinegro, que es más acotada, nada será igual para ambos después de mañana; a favor, en contra, o simplemente a través de un dato estadístico en caso de que ninguno se vaya ganador del Centenario, sus carreras tendrán un indicador, una marca, que no tenían antes. Porque son debutantes.

Hay, quizá, aspectos hasta folklóricos, y por ende totalmente secundarios, que los rodean de aureolas relativamente similares. Por ejemplo, un cierto aire "histórico" que convive con sus filiaciones personales: Gerardo -no en balde Cono- Pelusso, nació un 25 de febrero de 1954 en Florida, a pocas cuadras de donde se juró la primera Constitución: la Piedra Alta; y Gustavo Matosas, nació en 1967, en la Argentina, en una fecha en la que se celebra la instancia fundacional del país vecino, como es el 25 de mayo.

De ahí para adelante, y yendo específicamente al clásico, son -o están- como el día de noche, igual que en lo previo -que siempre tiene un valor relativo en estos partidos tradicionales- parecen estar sus cuadros.

Gerardo Pelusso trabaja con un plantel que no eligió, sino con el que Daniel Carreño le dejó como legado, pero mañana ya va a ser el tercer partido -sobre cinco desde que ocupa el cargo- en el que podrá jugar con una misma alineación, lo que indica que su funcionamiento lo ha conformado.

Gustavo Matosas, en cambio, escogió a todos los futbolistas que tiene a su mando, pero en las 12 fechas que se llevan disputadas del Torneo Apertura no puso nunca -por lesiones, suspensiones y decisiones técnicas, en la mayoría de los casos resultantes de los malos resultados- una misma integración en dos oportunidades.

Los números, también, los separan: en los 4 partidos en los que lo dirigió Pelusso, Nacional ganó 3, perdió 1, tiene un saldo de + 5 y ganó el 75% de los puntos disputados, mientras que en los 12 partidos que lo condujo Matosas, Peñarol cosechó 4 triunfos, 5 derrotas y 3 empates, habiendo obtenido el 41,6% de los puntos jugados.

Por otra parte, Pelusso tiene al goleador tricolor -Fornaroli- entero, y Matosas al artillero aurinegro -Franco- lesionado.

Pelusso y Matosas. Distintos o iguales. Tanto da. Los dos van a debutar. ¡Ah, qué sensación incomparable! La primera vez es la que nunca se olvida. Deja su marca. Para ambos, como técnicos en el clásico del fútbol uruguayo.

41% de los puntos que disputó en 12 partidos, ganó Peñarol dirigido por Matosas.

75% de los puntos que disputó en 4 partidos, ganó Nacional dirigido por Pelusso.