Peñarol las tiene casi todas en contra. Eso está claro, y no hay que profundizar demasiado. Alcanza con ver un partido de los aurinegros para entenderlo: los futbolistas no rinden en el nivel que deberían; dos jugadores fueron sancionados por indisciplina; el técnico no le encuentra la vuelta a su equipo, que cuando gana no convence futbolísticamente.

LUIS EDUARDO INZAURRALDE

El domingo se sumaron a la lista de reclamos los mensajes que mandó el presidente ("no merecemos un rendimiento así"). El martes el técnico utilizó la ironía como alternativa cuando no puede seguir repitiendo los mismos argumentos para justificar los problemas de su equipo. Sin embargo, está a sólo tres puntos del líder, y lo que no está contemplando Peñarol es que Nacional, que parece fuerte, con los conceptos futbolísticos claros, ingresa en zona de turbulencias por las elecciones. Ache intenta alejar lo más posible la pulseada electoral para no alterar la paz, pero una asamblea por el estadio y la proximidad de las elecciones le brindan a Peñarol un camino alternativo a sus problemas, si es que los albos pecan con sus debilidades históricas: en año de elecciones ganaron un torneo en nueve.

El Análisis