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Peñarol sumó una experiencia de nivel que ahora deberá saber capitalizar

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El plantel de Peñarol durante su regreso a Montevideo. Foto: Francisco Flores.

COPA SUDAMERICANA

El equipo mirasol volvió a figurar en el plano internacional después de diez años y demostró estar a la altura. Ahora se prepara para ir en busca del Campeonato Uruguayo 2021.

El dolor, la desazón y la amargura todavía persisten en el plantel de Peñarol por la eliminación de la Copa Sudamericana en las semifinales frente a Athletico Paranaense en Curitiba.

Y si bien la ilusión era gigante en todos los carboneros, no hay mucho tiempo para lamentos ya que el equipo de Mauricio Larriera deberá encarar ahora su próximo gran objetivo: la obtención del Campeonato Uruguayo 2021.

El mirasol recibirá mañana a Wanderers en el Estadio Campeón del Siglo y buscará una victoria para subirse a lo más alto del certamen, ya que si vence al Bohemio, único líder hasta el momento, lo pasará en la tabla.

Pero más allá de la importancia que ahora pasó a tener el torneo local para Peñarol, hay algo que no se puede pasar por alto y es la gran campaña que hizo el aurinegro en la Copa Sudamericana. Llegó hasta semifinales y en varios momentos de la serie frente a Athletico Paranaense compitió de igual a igual ante un rival de mayor poderío institucional, deportivo y económico.

Y esos tres puntos son importantes a la hora de analizar lo que logró el equipo mirasol, porque por un lado volvió a figurar en el plano internacional después de 10 años, ya que la última vez que había sido protagonista de un certamen de Conmebol fue en 2011, cuando llegó a la final de la Copa Libertadores de América.

Los años pasaron y las desilusiones se iban acumulando en Peñarol hasta que en 2021 y tras la llegada de Ignacio Ruglio a la presidencia, varias cosas fueron cambiando en el estilo de conducción del club y esos aspectos comenzaron a ser determinantes para transitar el camino en la Copa Sudamericana.

Apostar a un cuerpo técnico serio, trabajador y con un estilo de juego bien definido fue el primer gran punto que tuvo a Mauricio Larriera como elegido para conducir el barco.

Y si bien hubo resultados que pusieron en duda la continuidad del entrenador, el floridense demostró con su libreto y con su trabajo que está capacitado para dirigir a Peñarol.

A eso se le sumó la promoción y la confirmación de varios juveniles del club que explotaron y que pudieron irse en el último mercado de pases, pero que prefirieron quedarse para luchar por cosas importantes en el club de sus amores. Otro acierto.

Pero esa decisión tiene el respaldo del clima que hoy se vive en Los Aromos con la presencia de referentes históricos, el trabajo del cuerpo técnico y el armado de un grupo que tiró para el mismo lado siempre. Los detalles que en el alto nivel se pagan caro marginaron a Peñarol de la final, pero el carbonero puede estar tranquilo: allanó un camino.

Y si bien el nivel de juego mostrado no alcanzó para que el equipo de Larriera pudiera llegar a la final, el mirasol sumó una experiencia importante a nivel internacional que ahora deberá tratar de capitalizar en el futuro.

¿Cómo debería hacerlo? Apostar a la continuidad del proceso Larriera, reforzarse si sufre bajas importantes a fin de año y también continuar con la promoción de jugadores de formativas. A todo eso hay que sumarle el orden institucional, la clave del éxito.

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