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Algunos países revelan los problemas que tienen para jugar la Libertadores

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Fase de grupos de la Copa Libertadores 2020

CRISIS SANITARIA

Bolivia tiene el sistema de salud colapsado y el resultado de los test de coronavirus se obtiene recién a los cinco días; en Venezuela demora siete días y en Argentina aconsejan no viajar.

La reunión por Zoom que se realizó entre autoridades del fútbol sudamericano para interiorizarse sobre el calendario de la Copa Libertadores y los protocolos sanitarios que se prevén ejecutar a partir del 15 de septiembre, permitió comprobar las dificultades y dudas que existen en diversos países del continente.

Aparentemente, Bolivia y Venezuela son dos de las naciones que se encuentran muy complicada para llevar adelante una de las acciones imprescindibles: tener los resultados de los hisopados de coronavirus en 24 horas.

Según lo que fuese expuesto oportunamente por los venezolanos, el resultado de un test en su país se obtiene a los siete días de realizado, mientras que en Bolivia, cuyo sistema de salud está colapsado, la información del test se recibe a los cinco días.

A eso podría sumarse el problema que está teniendo Argentina, cuyo presidente Claudio Tapia llegó a tener un fuerte intercambio con el presidente Alejandro Domínguez para hacer ver que los clubes de sus país hoy están muy complicados para poder competir en los torneos continentales.

Es que en Argentina, recientemente, el  infectólogo que lidera la mesa sanitaria del Gobierno, Pedro Cahn, le dijo a los presidentes de los clubes que "aún no es conveniente hablar de fechas concretas para el regreso" de la actividad. Además, dio a entender que los partidos internacionales serán muy complicados de poder realizarse porque "no ven posible que las fronteras estén abiertas en su totalidad en septiembre".

Y con esta misma tónica, hasta habría recomendado no viajar a Brasil y otros países con números importantes en la propagación del COVID-19.

Y si en Argentina están preocupados, qué decir de lo que pasa en Bolivia, donde en cinco días (entre el 15 y 20 de julio) la Policía recogió al menos 420 cadáveres, de los que un 80% presentaba COVID-19 o eran personas con sospechas de tener la enfermedad.

En Venezuela, mientras tanto, los casos aumentan rápidamente aunque el régimen de Nicolás Maduro haya determinado anular la participación de laboratorios privados y de las universidades para realizar las pruebas.

Felix Oletta, médico especializado en infectología que fue ministro de Salud a fines de la década de 1990, dijo que están controlando la información epidemiológica como si fuera un secreto de Estado.

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