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¡Ojito con Nicolás!

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ojito
GERARDO PEREZ PALADiNO

River Plate

Nicolás Rodríguez, el lateral volante de River Plate tuvo una carrera azarosa, hoy disfruta de ir a entrenar a diario al Prado

Nicolás Rodríguez, el “Ojito”, pasa por uno de los mejores momentos de su carrera. El lateral volante de River Plate lleva anotados seis goles en el Torneo Apertura. Y el que le marcó el domingo pasado a Liverpool, el cuarto de la goleada darsenera, fue el más lindo.

“Lo vi después en la tele y fue uno de los más lindos por la sutileza de la definición. También hay alguno de tiro libre que me gustó”, contó “Ojito”, haciendo un alto en la jornada del 1° de mayo que compartió con su novia.

El apodo le viene desde las formativas, cuando el preparador físico Andrés Novelli le puso “Ojito” para no entreverarse porque había varios Nicolás en el plantel. Sus compañeros empezaron a reírse, pero el “Ojito” le quedó para siempre. “Ya estoy acostumbrado, y en el ambiente del fútbol me conocen más por ‘Ojito’ que otra cosa. Capaz que algunos ni saben mi nombre”, admitió.

Le cuesta definir su posición en el campo, porque toda la vida fue lateral, pero disfruta más estar cerca del gol. En realidad, en el baby fútbol, donde defendió a Alumni, arrancó como zaguero. Pero como era chico lo corrieron para el costado. “Y como en el costado tenía más características ofensivas que defensivas, me fueron subiendo. Hasta que ahora estoy jugando más de volante que otra cosa”.

Se crió en Malvín Norte y terminó el baby en el fútbol infantil de Danubio. “Una infancia espectacular. Tengo los mejores recuerdos del barrio, siempre con una pelota de por medio. Todo el tiempo jugando a la pelota. Además, antes no había play station ni todas esas cosas que distraen un poco. Hoy se pierde un poco el potrero, el picadito. Esas cosas con las que uno se divierte de chico, pero siempre te quedan para aplicar en la cancha”.

En Danubio jugó de Séptima a Quinta división. Hasta que cambió de equipo, pero no de colores: pasó a Wanderers. En el bohemio debutó en Primera División a los 18 años de la mano de Daniel Carreño. “Tengo un gran recuerdo de Daniel, sobre todo por su forma de ser. El día que debuté en el estadio de Danubio, yo estaba de suplente y él me llamaba para que entrara, pero con el ruido de la tribuna no lo escuchaba. Entonces hizo un gesto como de lentes, para que viera que era yo, el ‘Ojito’”.

BRASOV.  En su carrera, Rodríguez vivió las más diversas experiencias. Jugó en Cerro Largo, en Plaza Colonia y hasta en el Brasov de Rumania. Aunque esa, su única experiencia en el exterior hasta el momento, no dejó buenos recuerdos.

“Fue un pasaje más para el olvido que otra cosa. Fui por un año, pero estuve menos. La posibilidad surgió por un empresario que tenía en aquel momento. Yo tenía 21 años y me pareció bien salir. Obvio, que no era una de las ligas importantes, pero para dar un primer paso, estaba bien. Pero me encontré con una realidad que no era la que esperaba ni la que me habían dicho. Ni en lo económico ni en el trato. Me llevó un empresario por intermedio de mi representante anterior que era Bentancur. Luego cambió el entrenador y no sé que lío tuvo con el empresario que nos había llevado. No sólo a mí, a todos los extranjeros”, relató.

“Jugué muy poco. Sólo ponía a los extranjeros en la copa y logramos hacer un buen papel, llegamos a semifinales y perdimos contra el Steaua de Bucarest. Pero en la liga no nos ponía. Después dejaron de pagarnos, cobraban los rumanos y nosotros no. O si habías arreglado por diez pesos, te querían dar dos. De los seis meses que estuve me habían pago sólo tres. Además, en principio nos daban la casa y luego nos sacaron y tuvimos que irnos un mes a un hotel. Nunca había pasado por algo así. Todas cosas feas, más siendo tan joven y en un país que no conocés. Con otro idioma. Yo los amenacé con presentarme en la FIFA, y al final me vine con la rescisión. Se lo entregué a mis empresarios para que me hicieran el trámite en la FIFA y hasta el día de hoy no cobré nada. Y tampoco encontré lo que fui a buscar en lo futbolísitico”, agregó.

Pero el calvario para Nicolás no terminó allí. Cuando regresó a Uruguay, en febrero ya los equipos estaban armados y estuvo tres meses sin jugar, corriendo solo por su cuenta, en la rambla. Era casi un ex jugador cuando recaló en Rentistas y empezó a pelearla de nuevo.

Afortunadamente, hoy vive una realidad muy distinta. Y está feliz en River Plate. “Ahora lo que quiero es terminar bien el semestre en River Plate. Es un club serio y ordenado donde me siento muy a gusto, como hace tiempo no me sentía. Es un equipo que apuesta a jugar, que le gusta el buen fútbol. Que juega con pelota al piso y siempre al ataque. En River me siento protagonista, me siento valorado”.

Sub 20

El orgullo de vestir la celeste

Nicolás Rodríguez integró la selección Sub 20 dirigida por Juan Verzeri que fue vice campeona en el torneo Sudamericano de Perú. Fue una de sus mejores experiencias de su carrera. “Vestir la camiseta celeste es impresionante. Algo muy lindo. Es un proceso muy hermoso de vivir. Siempre nos decían que teníamos que disfrutar el hecho de estar ahí. Y es cierto. Porque lo que se vive ahí no es lo normal en Uruguay. El trato, los viajes, los partidos internacionales, tengo los mejores recuerdos de esa selección. Y nadie me saca el orgullo de haber vestido la celeste”, afirmó.

historia

De novio con una ex Miss Uruguay

El futbolista darsenero está de novio hace unos cinco meses con Johana Riva, modelo de profesión y ex Miss Uruguay. “Nos conocemos hace mucho, hace como cinco años. De la vida nomás, de la vida misma, de boliches o de tener amigos en común. Salimos bastante tiempo sin ser novios. Salíamos pero pasaban cosas. Tuvimos muchas idas y vueltas, muchas cosas que pasaron en el medio, cosas de la vida, hasta ahora que nos pudimos afianzar. Digamos que por fin nos decidimos a estar juntos y estoy muy contento con esa decisión”, contó el “Ojito”.
“Para mí Johana es una ayuda muy importante, me ha ayudado a encaminar muchas cosas. Es un gran apoyo en todo sentido. Estoy muy contento”, insistió.
Johana no ha ido a verlo jugar y no son muchos los compañeros del club que saben su historia y que fue Miss Uruguay. “Algunos la conocen y alguna bromita siempre hay. Pero en River es gente muy sana y hay mucho respeto”.

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