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Nacional tiene un 10 jugando de 5: Gabriel Neves

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Gabriel Neves, volante de Nacional. Foto: Gerardo Pérez.

TORNEO INTERMEDIO

El punto más alto de Nacional en organización del juego lo aporta el talento de Gabriel Neves. Capaz de engañar con sus amagues o de resolver con buenas asistencias.

El fútbol es largo, corto, rápido, lento. El fútbol es engaño, amague, trampa. El fútbol es inteligencia para leer el juego y tomar las decisiones correctas. El fútbol es de los jugadores, siempre va a ser de ellos. De los que pasan la pelota en lugar de trasladarla inútilmente. Del que mete una pausa en medio de una carrera veloz. El fútbol es de aquel que hace creer que va a pasarla y en su lugar mete un zapatazo inesperado.

Nacional tiene un jugador así en su equipo. Un jugador que sabe dónde pararse. Que se adelanta y juega, que hace rotar el balón. Que se desmarca y cambia de frente con la misma claridad con la que mete una pelota entre los zagueros. Nacional tiene a ese futbolista que también retrocede y cubre. Que se tira a los pies o tranca para volver a empezar con la construcción inteligente.

A la hora de empezar a desglosar el funcionamiento del tricolor de Álvaro Gutiérrez, para encontrar los puntos fuertes que le pueden permitir adueñarse de la contienda clásica, pongo mucha atención en Gabriel Neves.

Allí, en medio de ese invento llamado doble cinco -creado por la pobreza de aquellos que no tenían en sus canteras a los talentosos armadores destinados a lucir al número 10 en la espalda- hay una “enganche” especial, de los que se compromete con la defensa, pero que tiene su mayor lucimiento cuando se para de cabecita levantada para marcar un camino que imaginó antes de entrar en contacto con la pelota.

Neves entiende el juego. Y tanto que debería ser el punto de referencia de cualquier adversario para evitar que Nacional genere. Mucho más en un clásico, donde el vértigo y la adrenalina suele limitar a los que no son capaces de tomarse un segundo de tiempo para pensar.

Nadie puede discutir la relevancia del fernandino en el andamiaje tricolor, porque si hay que poner vértigo y ser más directo, lo es. Si hay que atacar con la pelota un espacio vacío, lo hace. Si se necesita meter una pausa, lo hace y en el momento preciso. Y, lo mejor de todo, Neves engaña. Amaga y gira. Se desprende del balón y encuentra otro espacio libre para recibir. Entonces, nace la jugada. Siempre limpia. De su trabajo individual asoma el buen juego colectivo.

LA BANDA MÁS FUERTE. Lo mejor aparece cuando engancha la acción por la izquierda. Porque por ahí asoma otro de los puntos altos de Nacional. No hay mejor transición defensa-ataque que la que se realiza por las bandas y queda claro que amplitud y profundidad se combinan a la perfección con las proyecciones de Matías Viña.

Neves toca y Viña avanza zigzagueando si la oposición defensiva se lo requiere o lanzado en carrera si encontró el pasillo libre. Con un lateral que puede apelar a la jugada individual o a la triangulación, el bolso sabe que utilizarlo es sinónimo de llegadas más peligrosas. No es solo sumar un número al ataque, es hacerlo con alguien que además puede culminar la jugada con un centro medido o hasta culminarla con su disparo.

Esta sociedad, que suele convertirse en un tridente generador de juego cuando Gonzalo Castro se suma con todas las luces a la invitación, es quizás el principal argumento futbolístico que tiene Nacional para adueñarse de la contienda clásica.

Atacar a Giovanni González, obligar al Walter Gargano a retroceder, sacar a Fabricio Formiliano de la zona de confort del zaguero y pararse con mayor gente en el campo rival es un elemento clave. Así, además, el tricolor no dependerá en exclusividad de lo que pueda resolver Gonzalo Bergessio con una pelota que vaya a pelear en el área.

Mejor sería, obviamente, que las dos bandas funcionaran igual. Pero hoy por hoy lo más fuerte de Nacional está en lo que gesta Neves y en la profundidad que entrega Viña.

Los puntos fuertes del tricolor:

Luis Mejía: “Manotas” ha tenido actuaciones muy importantes en varios partidos. Sus atajadas han tenido el mismo valor que un gol, porque salvó a su arco en acciones muy difíciles de solucionar. En los últimos dos clásicos también tuvo buenas atajadas.

Guzmán Corujo: Está teniendo altibajos, como casi todos los zagueros que estarán en el clásico, pero es el que muestra mejores posibilidades de elevar su rendimiento. Suele ganar cuando toma la decisión de anticipar al delantero. tiene buen juego aéreo.

Matías Zunino: Es el mejor de todos para explotar la banda derecha, porque sus cualidades futbolísticas le permiten resolver la jugada de diferentes maneras. Además, llega mucho al área y tiene gol, lo que incrementa notoriamente su influencia en el equipo.

Thiago Vecino: Si juega, porque Gutiérrez decide modificar la figura táctica, representará un problema mayor para la zaga aurinegra. La lucha la protagonizará Bergessio y el puede sacar provecho de la segunda pelota. Tiene técnica y sabe escapar de la marca.

Brian Ocampo: Un buen recambio para darle profundidad al equipo. Tiene una velocidad de despegue muy importante y se saca con facilidad a los rivales en carrera. Si se precisa ser más agresivo en ataque y meter más gente sobre el campo rival es ideal.

G. Bergessio: Es por paliza el jugador más influyente del ataque tricolor y, seguramente, también el más gravitante del fútbol uruguayo. Resuelve rápido en cualquier circunstancia y convierte. No se queda solo en eso porque también sabe pivotear.

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