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Moñas y goles, cartas del último 10

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Martin Liguera

Ligüera tuvo un gran año, es el titiritero de Fénix pero Nacional lo mira de reojo.

Ligüera está en boca der todos. O de casi todos. Porque su nombre se manejó (y se maneja) en este período de pases como nunca. Muchos dicen que Nacional irá por él. "Si existe ese interés, yo creo que fue por lo hice durante el año y no por lo que hice en el partido ante Peñarol. No quiero meterme mucho en el tema, uno tiene una edad importante dentro del fútbol… tengo contrato con Fénix, y mañana (hoy) tengo que presentarme a entrenar. Es difícil para mí estar hablando de una posible ida a Nacional porque no quiero herir para nada a Fénix ni a su gente. El club se portó muy bien conmigo más allá de que todo el mundo sabe lo que yo pienso de Nacional y lo que yo siento por Nacional. Pero si hay un interés debe haber sido por rendimiento no por mis sentimientos. Para mí es un elogio, un reconocimiento. Pero tampoco quiero ser hipócrita: me moviliza, vivo de esto, mi pasión es el fútbol, pero sí soy consciente que no puede llegar a darse, así que hoy mi cabeza está puesta en Fénix y en esa gran posibilidad que tenemos de jugar la Sudamericana", dijo en la mesa de Ovación en El País TV.

"Todo futbolista desea terminar en el club donde empezó. Sé que tengo años por delante… si se da, fenómeno, y si no se da, disfrutaré en Fénix", agregó el 10, el hombre que maneja los hilos del equipo albivioleta.

"Debuté en el Primero de Nacional con 16 años. A esa edad uno no dimensiona lo que se está jugando o lo que puede pasar de ahí en adelante. Es bravo ponerle una responsabilidad a un guacho de 16 años… hoy en día se hace gradualmente. Es diferente. Lo que sentí en ese momento, fue que no tuve ese respaldo. Bajé otra vez a Tercera, pero hoy en día veo que se hacen mejor las cosas, se cuida mucho más a los jóvenes", apuntó Ligüera, un enlace que jugó y se adaptó tanto a la idea de "JR" Carrasco como de Rosario Martínez, dos entrenadores con estilos diferentes.

"Son distintos, es verdad, pero tienen algo en común: a los dos les gusta ser directos, verticales. Los dos salen rápido de mitad de cancha hacia adelante. En Fénix, cuando la agarra Waterman ya me quedo no llego al área… y lo intenté ehhh… pero no llego no hay con qué darle", sostuvo con una sonrisa.

Es de los futbolistas que lee mejor los partidos. Un técnico más dentro de la cancha, quizás por ello sea un adelantado en el curso de entrenadores. "Estoy haciendo el curso. Llevo 20 años dentro de un vestuario. Es lo que más sé. Es lo que me gusta. El curso me está ayudando a ordenar todo lo que sé. Creo que como entrenador, el manejo de grupo es fundamental. Si vos convencés al jugador, y los grandes están alineados contigo, tenés más de medio camino allanado", agregó el 10 albivioleta.

"Lo del pase hoy está en segundo plano. Voy a estar eternamente agradecido con Fénix… nunca les mentí. Antes de la licencia le dije al presidente que no me veía en otro lado que no fuese Fénix o Nacional", remarcó.

"Me duchaba después que ellos".

Martín Ligüera es uno de los referentes de Fénix, pero también le tocó estar del otro lado del mostrador, como juvenil en un plantel de Nacional con nombres pesados. "Ni hablaba... Y cuento algo: esperaba que se terminaran de bañar para entrar a la ducha… hacía tiempo. Me cambiaba despacio, me tomaba mi tiempo y cuando salían los más grandes, entraba yo. Y para hablar, esperaba el momento y tenías que pensar muy bien lo que ibas a decir… era otra época. De todas formas, acá en Fénix hay una gurisada bárbara. Me quedé sorprendido. Hay un grupo que quiere crecer, la mayoría de los gurises que subieron escuchan, tienen buen perfil. Yo les digo que tienen que entrenar. Que le peguen bien naturalmente hay poquitos, acá solo el Chino Recoba, los demás tenemos que entrenar", dijo Ligüera.

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