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Un milagro: Rafael Henzel, el periodista que nació de nuevo

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Rafael Henzel. Foto: Juan Pablo Romero

Sobrevivió a la tragedia de Chapecoense y disfruta cada momento.

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Milagro. Esa es la palabra que más repite durante la conversación. Y no es para menos. Rafael Henzel, de 43 años, es el único periodista que acompañaba a la delegación de Chapecoense a jugar la final de la Copa Sudamericana contra Atlético Nacional que sobrevivió a la tragedia aérea que atravesó el equipo de Chapecó cuando estaba llegando a Colombia. Ese día, en la madrugada del 29 de noviembre, murieron 71 personas. Sólo seis sobrevivieron. Fue una de las tragedias vinculadas al deporte más grandes de la historia.

"¡Abraço, Rafael!", le grita un automovilista desde un coche blanco cuando Henzel se preparaba para ser fotografiado en el frente de la radio Oeste Capital, a las afueras de la ciudad de Chapecó, donde Henzel trabaja. Segundos más tarde, un taxista opta por el mismo camino. Baja la ventanilla de su auto, mientras trabajaba y lanza "como vai Rafa?". En ambos casos la respuesta del protagonista es la misma: levanta la mano y responde amablemente. Siempre con una sonrisa en su rostro. Disfruta de cada segundo de su nueva vida y no desperdicia nada de su jornada. Sabe que tiene otra oportunidad y está dispuesto a aprovecharla al máximo.

En la radio Oeste Capital de Chapecó, Henzel tiene un programa de mañana, otro a partir de la hora 18.00 y es el relator de la emisora. "Todo periodista tiene una vida muy agitada", dice y se explaya: "Mi vida en cuanto a lo laboral sigue igual que antes. La única cosa que cambió fue el asedio de las personas. Nosotros no somos artistas, no somos famosos, no somos personas espectaculares y muchas veces no sabemos cómo controlar todo eso. Las personas se imaginan que tenemos que hablar con todo el mundo, que tenemos que grabar videos para todo Brasil, para todo América, para niños, estudiantes, personas graduadas de la Universidad... pero no hay tiempo para esto, ¡porque tenemos que vivir también! El tema del tiempo es el único inconveniente, es mucho asedio. Claro que los colegas siempre tienen la preferencia, porque como periodista también entiendo que la historia tiene que ser contada".

La luz.

Por un instante deja de hablar. Es que la charla se está desarrollando dentro del estudio de radio y entre canción y canción, del programa anterior al suyo, se emite un flash con noticias deportivas y se debe hacer silencio. Es uno de los momentos más emotivos de la conversación cuando habla de lo sucedido. Aunque rápidamente manifiesta: "No hablo más sobre el accidente porque es lo que acordamos entre los sobrevivientes, para que la ciudad crezca también, porque quedó muy triste. De hecho hay muchas personas que aún no han vuelto a la cancha o que recién lo están logrando ahora". Pese a ello, continúa y cuenta si existe alguna explicación a que haya personas sobrevivientes a un accidente aéreo de tanta magnitud. "Realmente es algo inexplicable. Sólo un milagro lo puede hacer. Yo estaba sentado en un banco de tres personas y solamente yo sobreviví. Había tres técnicos de la línea detrás de mi, los tres murieron. Las personas de al lado murieron, las de adelante también, no hay explicación… Sólo un milagro. Yo creo que todos tenemos el mismo destino. Yo sobreviví y tengo que contar esta historia, este inmenso milagro". Su portugués es entendible y claro, pero por un momento baja el tono de su voz.

"La primera imagen fue de total oscuridad, sin nada de iluminación... Luego recuerdo que en lo alto había cuatro postes de energía eléctrica, con luces. Cuando vi aquello descubrí que no iba a morir. Nunca tuve miedo de morir, ni en el cerro, ni en el hospital, ni después…", rememora y enseguida, con una sonrisa, se toca la parte superior de su ojo, arriba de la ceja y explica: "¡Esta es la marca del milagro!". Es que, aunque parezca mentira, es la única cicatriz que le quedó del accidente. También se rompió las costillas, pero ya está recuperado y tuvo más heridas en la cara, pero ya no quedan rastros de la mismas. Silencio. Otra vez sale su compañero en vivo con un flash deportivo en el que cuenta que faltan cuatro horas para el partido entre Chapecoense y Nacional y en el que habla de la clasificación de Real Madrid y Atlético de Madrid a las semifinales de la Champions.

A la vuelta explica que habla fluidamente con Hélio Neto y Alan Ruschel —dos de los jugadores que sobrevivieron y que ya están de regreso en las canchas; el primero haciendo trabajos de recuperación (con el que el plantel de Nacional se sacó una foto la mañana posterior al partido) y el segundo ya haciendo fútbol con normalidad— y también, aunque en menor medida, con Jackson Follman, el arquero que sobrevivió pero que no pudo seguir jugando porque le colocaron una prótesis en una de sus piernas. También explica que hace un mes fue el único sobreviviente que asistió a un encuentro que organizó Chapecoense con las familias de la víctimas. "Fue muy impactante para mí porque todos me miraban e imagino que pensaban que otra persona podría estar ahí... Su ser querido. Las personas querían saber cómo fue el último momento de su familiar... si corrían por los corredores o estaban tranquilos. Me preguntaban ¿cómo murió mi marido? ¿Cómo estaba mi papá? Fue muy fuerte para mí".

Por unos instantes queda pensativo y reflexiona: "Le tengo que dar un abrazo a cada una de las personas del mundo, porque la tragedia provocó que las personas, sin importar de qué religión eran, se abrazaran por nosotros, orando por aquellos que se fueron y dando mucha fuerza para los que se quedaron, por nosotros seis. Hay personas que me prometieron ir al aeropuerto de Montevideo, con camisas de Nacional, a saludarme".

Otra vida.

Henzel no guarda rencor. Ni rabia. Ni odio. "Tengo el corazón tranquilo", dice. Es más, es capaz de sacar algo positivo, si se le puede llamar así, a esta tragedia: "No me quedó miedo de viajar en avión. Es que yo sé cuál fue la causa, faltó combustible. Imagino que jamás, de ahora en más, tendremos falta de combustible en los aviones; esto que pasó es absurdo, entonces yo creo que si algo podemos sacar de las 71 muertes, y si hay algo de positivo, es que de ahora en más se fiscalizará más rigurosamente el tema del combustible. Pienso que si no fuera el avión del Chapecoense hubiera sido el de otro equipo. Es que las investigaciones concluyeron que la empresa aérea volaba con límite de combustible. Pero no guardo rencor. Charlé con la TV boliviana en su momento y pedí para que no atacaran a los familiares del piloto, porque al final y al cabo eran víctimas como todos nosotros".

Por último, cuando ya se aproxima la hora de inicio de su programa, recuerda: "Después que volví a Chapecó fui una vez al Arena Condá, sin periodistas, solamente yo y mi esposa. Fue muy emotivo mirar todo… Aquella cancha, no teníamos más aquellos jugadores, ni los técnicos ni la presidencia. Nada más. Después volví, cuando todos los jugadores de Chapecoense fueron presentados; todos desconocidos, apenas había uno que conocía, Neto, que estaba de muletas, y después regresé el 20 de enero cuando Palmeiras jugó acá, que fue el primer partido que relaté. Fue un día lleno de emociones. Estaban los parientes, mujeres, nenes, papás, mamás, ellos recibieron las medallas de campeones sudamericanos de los que murieron en el accidente. Fue impactante. Así como lo es ir a trabajar a otros estadios donde los hinchas rivales me cantan y me dicen estamos contigo Rafael. Porque es como me dijo alguien: las personas creen en milagros, pero nunca miraron un milagro. Sobrevivir a un accidente aéreo es un milagro. Estamos en las manos de Dios".

Son las 18.00. Es hora de empezar con el programa. Saluda a sus oyentes y le pregunta al periodista invitado, a modo de broma: "Decime la verdad, Juan: ¿Gardel es uruguayo o argentino?". Rafael está viviendo su nueva vida a pleno, no tengan dudas. Y al 25 de agosto, le sumó otra fecha para festejar su cumpleaños, como dice su Twitter: el 29 de noviembre.

EN URUGUAY.

Tendrá una agenda cargada.

Henzel llegará mañana a Montevideo para relatar el partido del jueves entre Nacional y Chapecoense y tendrá una semana cargada de actividades. Aprovechará para hacer un informe con la selección Sub 20 de Uruguay, dará una conferencia gratuita en la Intendencia de Montevideo (martes 25 a las 16.00) y se encontrará con los sobrevivientes de la tragedia de los Andes.

Rafael Henzel. Foto: Juan Pablo Romero
Rafael Henzel. Foto: Juan Pablo Romero
Ovacion- Periodista de Chapecó
Ovacion- Periodista de Chapecó

TRAGEDIA AÉREA

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