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La intensidad: El ahogo es la principal arma aurinegra

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Foto: Gerardo Pérez.

Peñarol

El 36% de los goles en esta temporada fueron en los primeros 30 minutos

Foto: Gerardo Pérez.
Foto: Gerardo Pérez.

Partido a partido, cada vez que Leonardo Ramos atiende a los medios de comunicación, suele repetir una palabra: intensidad. La misma con la que insiste a diario en Los Aromos y como antes también pedía a gritos en Jardines del Hipódromo y sus anteriores equipos. Así ve y siente el fútbol el entrenador aurinegro. Por eso quiere equipos rápidos, que abran la cancha y hagan las transiciones de defensa a ataque lo más rápido posible.

Es el primer capítulo de su manual. No quiere que nadie se relaje. Ni en los partidos ni en la semana. “Se entrena como juega”, recalcó reiteradamente.

De este modo, no sorprende que el 36% de los goles en esta temporada (9 de 25) hayan sido en los primeros 30 minutos de cada encuentro. Una cifra muy alta, pero que no llama la atención en los equipos que son dirigidos por él.

Los expertos sostienen que para enfrentar a un grande es esencial sortear los primeros minutos sin recibir goles para luego acomodarse en el partido y empezar a plasmar su idea. El fútbol que pregona “Leo” va justamente contra de eso y los números lo justifican.

Supercopa. Al minuto nomás, ya se puso en ventaja ante Nacional. La presión que impuso el equipo desde el vestuario ayudó a que los errores de Nacional en la salida quedaran a la vista de todos. Fidel Martínez tomó una pelota que dejaron corta y puso el 1-0 con una definición perfecta para que Peñarol comenzara a encaminarse rumbo al título.

Libertadores. Nuevamente la presión en la salida evidenció los problemas de la defensa rival. A los 11 minutos, mediante un tiro penal, Cristian Rodríguez puso el 1-0 ante Atlético Tucumán. El lacacino aprovechó una infracción que le cometieron a Agustín Canobbio. Pese a que recién había comenzado el partido, el aurinegro ya había contado con dos chances para anotar.

Apertura. Por diferentes vías, también logró ponerse en ventaja rápidamente. Contra Racing, a los 29 minutos, Peñarol atravesó toda la cancha sin pelota. Un perfecto pase de “Maxi” Rodríguez dejó a “Alegría” de cara al gol. Contra Wanderers, a los 12, Damián Macaluso desvió uno de los tantos centros que Peñarol puso en el área y decretó, con un tiro en propia meta, el 1-0 parcial. Frente a Liverpool, a la media hora y cuando el arquero rival ya era figura, la “Fiera” definió dentro del área para poner al equipo en ventaja. Contra Boston River, el “Cebolla” Rodríguez tardó solo seis minutos en marcar la apertura. Canobbio recuperó la pelota en la salida del conjunto rojiverde y asistió al capitán para el festejo de todo el Campeón del Siglo. Más cerca en el tiempo, y con otra especialidad de la casa, el aurinegro logró abrir el tanteador mediante una pelota parada. Fabricio Formiliano, con un cabezazo tras un tiro de esquina, puso el 1-0 a los 19 minutos en el Tróccoli. Finalmente, y justamente en el último antecedente, se dieron los goles del partido ante Rampla Juniors. Canobbio, a los 2 minutos en una pelota quieta, y “Maxi” a los 16 con un cabezazo tras otra pelota que recuperó Peñarol, pusieron los tantos.

Vital. Podrán cambiar los nombres, pero difícilmente las características de los jugadores de los equipos de Ramos. Los volantes por afuera, rápidos y con gol, son una costumbre. Lo hizo con Camilo Mayada e Ignacio González en Danubio y también lo repitió cuando desembarcó en Los Aromos. Pidió a Fabián Estoyanoff y a Agustín Canobbio y transformó a Nahitan Nández y Diego Rossi en volantes por afuera.

También es un clásico la inclusión del volante mixto junto al “raspador”. Un jugador con buen pie y que justamente le dé salida al equipo. En la “Franja”, cuando fue campeón a mediados de 2014, lo hizo con Gonzalo Porras que después de esa gran campaña casualmente terminó pasando a Nacional. En Peñarol, en el segundo semestre como entrenador, ubicó a Cristian Rodríguez que terminó dándole un salto de calidad al aurinegro e hizo incluso que el maestro Tabárez lo ubique en esa posición en los últimos amistosos con la selección uruguaya.

Tal vez donde más varíe es en el ataque, ya que siempre manejó diferentes opciones y según los rivales de turno. Desde la presencia de Lucas Viatri y Gabriel Fernández a la picardía en el uno contra uno de Fidel Martínez y Cristian Palacios. El que siempre se mantiene, por experiencia y calidad, es “Maxi”.

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