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El horno está listo para la Celeste

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Los alrededores del Metropolitano de Barranquilla van tomando color. Foto: Ángel Asteggiante.

En Barranquilla el calor se siente desde primera hora a la mañana y eso que es la época “agradable”.

El calor abrasa. No hace falta entrar en movimiento para sentirse pegoteado o que caiga alguna gota de sudor de la frente. Es algo inevitable y prácticamente instantáneo. El calor, pero sobretodo la humedad, dominan la ciudad.

Cerca de las 8 de la mañana, Barranquilla amanece con 30 grados. No hay brisa que alivie esta temperatura ni que ayude a salir del ahogo.

Salvando las distancias, de la hora y de que no hay exigencia física, es ahí cuando uno entiende el mensaje de los jugadores; por qué este calor acompañado de tanta humedad molesta a algunos incluso más que jugar en la altura.

Para los barranquilleros, acostumbrados por supuesto, el calor no es impedimento para andar por las calles y plazas disfrutando del día. Más aún cuando sostienen que "esta altura del año es agradable" y que lo peor se vendrá en diciembre.

De hecho, el calor tampoco es impedimento para lucir la indumentaria de su selección a pocas horas del choque ante Uruguay. Camisetas, gorros, pantalones e incluso remeras se pueden ver tanto en niños como padres y mujeres. La pasión no entiende de edades ni de sexo y eso es un fiel reflejo de ello. Allí, muestran con orgullo en sus espaldas los nombres y los números de sus ídolos. Teófilo Gutiérrez (que hoy no podrá estar por lesión) y Carlos Bacca, barranquilleros de nacimiento, superan incluso el furor por James Rodríguez, crack del Real Madrid.

Las banderas adornan los bares y casas y los taximetristas aseguran que hoy "será un día cívico". El partido, pactado para las 15.30 horas locales (17.30 de Uruguay), interrumpirá las actividades que todos llevan normalmente. "No queda un alma en la calle. Esto arranca desde temprano en cada esquina con un pico (parlante) para bailar salsa y tomar una fría (cerveza)", explican.

El Estadio Metropolitano de Barranquilla ya no cuenta con más boletos. "La casa de la selección", como lo llaman, espera a La Celeste con su calor y humedad que siempre la acompañan y con 50.000 personas en las tribunas.

Mientras tanto, en sus alrededores, las calles ya comenzaron a cortarse desde el domingo planificando el operativo para el encuentro de hoy. Se espera que ya cerca del mediodía la zona empiece a colapsar. El gobierno, por lo pronto, solicitó a los que vayan a concurrir al estadio que, en lo posible, no lo hagan en su auto particular. "Es una vaina (problema) terrible. Queda todo trancadito ahí mismo", cuentan.

Sobre las avenidas que dan al Metropolitano ya se encuentran trabajando varios comerciantes con puestos con todo lo referente a la selección colombiana a la venta: camisetas, gorros, banderas y por supuesto… ¡agua!

Que no falte la toalla para secarse la transpiración

Esta es la cuarta vez que Uruguay llega a Barranquilla para disputar un encuentro válido por Eliminatorias. De cada una de las visitas celestes a esta tierra caribeña queda una anécdota y la que pinta lo difícil que es no solo disputar un partido, sino incluso trabajar bajo las condiciones extremas de calor y humedad de aquí, vale la de Jorge Savia en su última presencia aquí. Cuenta que cuando llegó al Estadio Metropolitano unas promotoras le regalaron antes de ingresar a la zona de prensa un kit con productos de un patrocinador de la selección. El kit incluía una toalla para secarse la transpiración. Se dio cuenta de su utilidad cuando comenzó a escribir y las gotas de sudor caían sobre su teclado.

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Los alrededores del Metropolitano de Barranquilla van tomando color. Foto: Ángel Asteggiante.

ELIMINATORIASÁNGEL ASTEGGIANTE

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