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Un hondureño en tierra de arachanes

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Muma
MARCELO BONJOUR

cerro largo

“Muma” Fernández sufrió mucho en Melo donde varias veces se fue a acostar sin comer y llegó a dudar de su capacidad, pero terminó levantando la copa

Carlos Fernández, alias “Muma”, llegó a Cerro Largo en febrero de este año para reforzar al equipo que buscaba el retorno a Primera, que a la postre consiguió. Los arachanes no sólo lograron el tercer ascenso de su historia, sino que se quedaron con el título de Segunda División.

Los primeros tiempos para el hondureño en Melo no fueron fáciles. Extrañaba mucho la comida, las costumbres y a su familia, además de sentir mucho frío. Pero terminó encariñándose con la ciudad y su gente, y hasta aprendió a disfrutar de un buen asado. Y cuando tras el campeonato regresó a su país, le hicieron una gran despedida.

Su representante, Leonidas Duarte, un uruguayo que lleva muchos años radicado en México, le habló sobre la posibilidad de venir y él se basó en lo que sabía de la selección y de sus buenos jugadores para aceptar la propuesta. Aprovechar la vidriera del fútbol uruguayo también fue clave en su decisión.

“Acá estoy, muy contento de estar de vuelta en casa y disfrutando de la familia después de ser campeón”, afirmó “Muma” desde Triunfo, su pueblo, ubicado en el departamento de Choluteca a casi 300 kilómetros de San Pedro Sula. “Triunfo es una aldea donde viven unas 8.000 personas. Aquí la única fuente de empleo para los hombres es la construcción, aunque muchos viven de la pesca, del mar. Y otros le cuidan la casa a los que viven en Estados Unidos, o venden en la playa cuando llegan los turistas. No hay fuentes de trabajo, por eso la mayoría se va para ciudades más grandes. El Municipio, donde están los bancos, el comercio y los restaurantes, lo tengo a diez minutos, en Tela”, explicó sobre su pueblo, de donde sin embargo aseguró que salieron muchos buenos futbolistas.

“En Melo todo fue muy complicado para mí al principio: el clima y la comida que es muy diferente. Acá, en Honduras, como soy de la costa, se come mucho marisco. Y en los nueve meses que pasé en Melo, nunca. También me costó en lo futbolístico. No lograba encontrar mi fútbol, sobre todo porque se juega muy fuerte, se pega mucho. Me costaba encontrar espacios. No me salía nada y hasta empecé a desconfiar de mi capacidad. Pero los compañeros me apoyaron mucho. Me hablaban y me decían que tenía que ponerle más ganas. Seguí trabajando y trabajando hasta que empezaron a salirme las cosas”, contó el delantero.

“Hubo momentos en que me sentía tan mal, tan cabizbajo y con la moral tan caída que me acostaba a dormir sin comer. Como que el apetito se me iba. Es difícil estar bastante tiempo sin que te tomen en cuenta. Pero fue al principio, siempre después de la tormenta sale el sol”, agregó “Muma” que al principio no era titular en el equipo dirigido por Danielo Núñez, el entrenador que logró los tres ascensos con la institución.

“No era titular ni estaba en la lista. Ni convocado estaba. Recién como en la octava fecha del primer semestre empecé a jugar. Tuve mis primeros 15 minutos en Melo y todo cambió”, relató quien se caracteriza por su gran velocidad.

“Mi función fue más que nada jugar para el equipo. Asistí mucho más de lo que convertí. Danielo (Núñez) me dijo que no me preocupara, que no me sofocara, que los goles no era lo primordial, que estaba haciendo muy buen trabajo y además estaban Barone, Charly Good y Nicolás Sosa. Yo tenía que destacarme asistiéndolos a ellos”. Y lo hizo.

“Hoy tengo muchas amistades en Melo, que me terminó gustando después de empezar a salir un poco más con los compañeros. Y me hicieron una despedida muy linda. Para ser sincero, lo que más me gustó fue el asado. Al principio la carne me parecía muy rara, no me acostumbraba. Pero cuando se cambió la cocinera y llegó Fany al club me empezó a gustar mucho más. Ella cocina muy bien y varias veces nos hacía asado”, dijo.

“Regresé con la sensación de la misión cumplida, porque yo fui a Melo para subir. No fue fácil, pero cuando salimos campeones me di cuenta que el sacrificio había valido la pena”.

“Muma” no sabe aún cuál será su futuro. Lo deja en manos de Leonidas, un excantante que llegó a ganar el festival de Costa a Costa y un día se transformó en empresario. “Puede ser que regrese a Uruguay, pero no sé a qué club. Eso lo maneja mi empresario. Tengo 26 años y familia o sea que iré donde haya más plata. Pero no me disgustaría regresar a Cerro Largo”, afirmó quien sueña con ser tomado en cuenta para la selección de su país donde ya jugó en juveniles.

charly good

Lo máximo fue jugar con Bueno

Muma” se acaba de reencontrar con su hijito Carlos Dair, de dos años. “Estar lejos suyo fue lo más difícil. Lo veía por videollamada de vez en cuando para no perder el contacto con él”, explicó. “Pero no es lo mismo. Por suerte cuando regresé me recibió muy feliz, se puso muy contento. Todos estos primeros días se pasó pegado conmigo”, contó el delantero que nunca había salido de Honduras, salvo cuando jugó en Guatemala y que heredó  el apodo de “Muma”, que le puso uno de sus técnicos, de otro jugador hondureño: Víctor Bernárdez, quien jugó en la selección, en Europa y se acaba de retirar en la MLS.
 Jugar con Carlos Bueno, a quien sólo se refiere diciéndole “Charly Good”, fue lo máximo en la carrera de “Muma” Fernández. “Sinceramente, nunca pensé que iba a jugar al lado de un jugador tan grande, tan importante, que estuvo en Europa y por todos lados. Es muy buen compañero y me aconsejó mucho. Compartí mucho con él, me regañó cuando tuvo que hacerlo y me apoyó cuando fue necesario. Aprendí muchísimo de él”.

consu hijito
En Triunfo: En su aldea natal junto a su hijito al que mucho extrañó. 
Núñez

El técnico que lo supo esperar

“Al principio le costó mucho la adaptación. Le llevó un período bastante extenso acostumbrarse a la ciudad y a nuestras costumbres, que son muy diferentes a las de ellos”, contó el técnico de Cerro largo, Danielo Núñez, sobre “Muma”.
“Futbolísticamente, a pesar de la velocidad le costó entender el juego colectivo. Llegó siendo un jugador muy bueno con la pelota en los pies, pero muy individualista. No estaba acostumbrado al sacrificio y le costó. Me contó Heberley Sosa, quien jugó en Honduras, que allá no están acostumbrados a bajar a marcar y recuperar la pelota”, explicó el entrenador.
“Le costó una enormidad, pero después se adaptó. Y terminó siendo fundamental. Fue el que nos dio un plus en los últimos partidos; fue el que marcó la diferencia en el momento en que más lo necesitamos, en los últimos tres juegos. Llegó justo y terminó siendo muy importante para nosotros”, añadió Danielo, el entrenador que logró los tres ascensos de la historia del club arachán.
Núñez tendrá en los próximos días una reunión con el presidente del club, con quien ya tiene conversaciones bastante adelantadas para seguir y dirigir al equipo en Primera División.

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