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Gol: el arma de los verdugos

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Corrían 69 minutos de juego cuando Iván Alonso le rompió el arco a Pablo Migliore para poner el 1-0 de Nacional.

Un gol que lo hizo explotar a él, a sus compañeros, y a la hinchada tricolor. Fue un sacudón para Peñarol, porque quedaba abajo en el marcador y sufría un gol de su verdugo, porque Alonso ya le marcó cuatro a los aurinegros en seis presentaciones, una cifra que muchos envidiarían.

Alonso, es goleador clásico, pero además, llegó a su gol número 21 en el Campeonato Uruguayo, en una temporada redonda del artillero.

El gol, la corrida, y el festejo, fue una película repetida. Para los tricolores y también para los aurinegros.

Alonso tuvo su debut clásico con la casaca de Nacional el 5 de mayo de 2013 por el Torneo Clausura con victoria de Peñarol 3 a 0. Pero después, siempre estuvo en el marcador, dejando su huella de verdugo en el arco aurinegro.

Pero no fue el único, claro. Porque en filas de Peñarol también había un verdugo tricolor. No estaba en los planes de Bengoechea hasta el minuto 75. Entró en lugar de Sebastián Píriz en el medio.

Fue la apuesta ofensiva del entrenador aurinegro, y sólo tres minutos después, le llegó la gran oportunidad tras una falta que pitó Ubríaco al borde del área. Ya no estaba Pacheco y la responsabilidad fue toda para Hernán, que le pidió el tiro a Luis Aguiar. "Dejame a mí", le dijo, y su remate fue tan veloz como preciso.

Por encima de la barrera que había armado Jorge Bava. Novick, al igual que Alonso, explotó de emoción y cruzó la cancha para festejarlo con sus compañeros y sus hinchas. Novick, el héroe del empate, ya había sido verdugo de Nacional en aquel juego del Apertura 2013, cuando Fénix lo derrotó 2-1 con un gol suyo en el Parque. Y al otro día, pasó a Peñarol.

CLÁSICOJOSÉ MASTANDREA

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