DESDE EL ARCO
JOSÉ MASTANDREA
La semana copera tuvo tres sabores diferentes para Peñarol, Nacional y Wanderers. Los equipos brasileños festejaron y quedaron a un paso de la clasificación. Fueron golpes duros, es cierto, pero muy diferentes.
Lo de Peñarol ante Fliuminense fue crónica de una muerte anunciada. Sin Lema, Lucas Hernández y el “Toro” Fernández en el equipo, y con Formiliano, Gargano y Guzmán Pereira entre algodones, el poderío de los aurinegros es otro al de la primera parte del año. Es mucho menos, y sus figuras no están rindiendo. De hecho, el “Cebolla” Rodríguez ya no es titular y Estoyanoff no levanta su nivel. Para colmo, en la noche ante el “Flu”, Dawson cometió dos errores y propició los dos goles del rival. Justo Dawson, que salvó mil partidos. La serie, 1-2 de local, quedó prácticamente liquidada. Peñarol necesita un milagro en Maracaná.
La derrota de Nacional fue durísima. Por la forma y el momento. Inter no fue más, fue dominado por el tricolor que maniató a su rival y lo tuvo contra las cuerdas. Pero cuando el cero a cero parecía sellado, una distracción en el fondo tricolor propició el triunfo norteño. Paolo Guerrero quedó solo en el área y no perdonó. Ya no había más tiempo. Y ese 0-1 fue un golpazo. De todas formas, es la única serie abierta de los uruguayos. Nacional va con vida a Porto Alegre.
Wanderers cayó de visitante ante el poderoso Corinthians en San Pablo. Hizo lo que pudo y más. Pero el 2-0 en los minutos finales selló la serie. Va a ser difícil que el bohemio lo de vuelta.
Tres derrotas, tres sabores, tres golpes durísimos en las copas.