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Fénix tuvo su merecido premio

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El desahogo de Maximiliano Cantera. ¡El Fénix no baja!

EN CAPURRO

Con una tribuna repleta, Capurro vivió una final con alta intensidad que dejó al club en Primera División

Era una final y Fénix la tomó como tal. Pero no solo los jugadores o el entrenador, sino todo el barrio. Dos cuadras antes de llegar al Parque Capurro ya se veía la cantidad de gente; adentro estaba la tribuna principal colmada de público y afuera había una fila de una cuadra.

Incluso desde los primeros minutos se vio a un Fénix jugando una final. El único resultado que le servía era la victoria y fue a buscarla.

El albivioleta dejó bien atrás las cinco derrotas al hilo entre las fechas 2 y 6 del Clausura que lo llevaron a la zona roja. La intensidad del juego, con jugadas ofensivas características del fútbol propuesto por Juan Ramón Carrasco, llevaron al club a tres victorias en los últimos cinco partidos, venciendo a los rivales directos (Boston River, Atenas, Torque) y rescatando puntos con los que pelean por ir a las copas (Wanderers, Liverpool, Danubio). Ayer el equipo de u201cJRu201d fue totalmente distinto a aquel de las cinco derrotas. El Fénix que se quedó en la u201cAu201d tuvo juego y ritmo.

Carrasco cambió el sistema y la distribución de los jugadores en cancha. Con un 4-2-3-1 aprovechó los espacios que dejó Torque, sobre todo a espaldas del lateral derecho; y cuando tuvo que defender dejó a dos o a los cuatro jugadores ofensivos arriba, al lado de los defensas rivales para esperar la contra.

Fénix tuvo chances de anotar más goles, incluso uno mal anulado a Mathías Acuña con el partido 1-0. Sobre todo tuvo numerosos contragolpes, por lo general mal resueltos. Con la cantidad de peligro al arco rival generado podría haber terminado en goleada, pero la realidad fue distinta.

Torque terminó descontando en una jugada fortuita, con rebote en uno de los pocos tiros al arco. Y Fénix terminó sufriendo, como no merecía. Pero ayer no fue la tarde de Torque, que estuvo lejos de su juego atildado mostrado en sus mejores partidos.

El equipo de Pablo Marini, que hizo historia con dos victorias seguidas contra Peñarol en su primera temporada en Primera División, tuvo ayer su peor versión. Pese al riesgo tomado por el entrenador argentino sacando a tres de los cuatro defensores para poner jugadores ofensivos, la u201cTu201d no pudo evitar volver a la u201cBu201d. Pero con la infraestructura tenida, el proyecto de club y los jugadores de calidad que posee, su nueva estadía en la Segunda División será corta.

Fénix tuvo ayer su tarde soñada, con una fiesta vivida en tribunas y cancha sin faltar el sufrimiento del final que hizo que todo sea más gratificante cuando todo ya terminó, pese a terminar con el corazón en la garganta cuando sacó una pelota en la línea en la última jugada. Esa entrega, ese juego hizo posible que Fénix se quede en la u201cAu201d, hizo posible que en Capurro se siga gritando u201c¡el Feniu2019 no baja!u201d.

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