CLÁSICO

El árbitro de un clásico suele jugar un papel muy importante. Y en el caso de Christian Ferreyra no fue la excepción.

El árbitro de un clásico suele jugar un papel muy importante. Y en el caso de Christian Ferreyra no fue la excepción. Tuvo fallos polémicos, principalmente por lo ocurrido en el área de Nacional, donde no sancionó un claro penal y sí cobró otro que no fue. Sin embargo, en líneas generales tuvo una correcta actuación.

Los penales. A los 19’ Espino cometió una clara mano en el área que Ferreyra desestimó. El defensa levantó el brazo cuando Maxi Rodríguez le quiso tirar un sombrero. Fue mucho más flagrante que el que sí le sancionó a Rogel a los 75’, pues el balón le dio en el pecho, salió rebotado hacia afuera del área y pegó en el brazo más lejano al arco del defensa. Es decir, no tuvo influencia en la trayectoria de la pelota y mucho menos intención. Allí nació el 1-0.

Las rojas. Perfectas las expulsiones de Polenta y Estoyanoff, quienes venían en un duelo que pintaba para contagiar un clima caliente. Se pegaron en el piso, se enroscaron en una discusión y Ferreyra les mostró la roja para marcar la cancha.

Amarillas. Le mostró una a Hernández que debió haber sido roja, no debió amonestar al “Cebolla” por el festejo y estuvo bien con la que le sacó a Arias por falta a Aguirre. No daba para más