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Doble medalla de oro para el fútbol

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Uruguay no solo se llevó la presea dorada por ser el mejor en la cancha, también por los gestos de Coito y Lemos, que asumieron sus errores en el partido ante Brasil.

El éxito de Uruguay en el fútbol de Toronto 2015 adquiere doble relevancia, ya no solo por el triunfo en sí mismo sino por la forma en que los integrantes de la delegación respondieron frente a los errores y asumieron con hidalguía y valentía, algo que muchas veces parece ajeno para los tiempos que se viven.

En una entrevista el domingo con Ovación, el técnico de la selección, Fabián Coito reconoció su error en el festejo del segundo gol ante Brasil, que le dio a Uruguay la clasificación a la final. Así explicó su reacción: “Durante todo el partido había estado sometido a los gritos de una persona que parecía estar alcoholizada. Y reaccioné. Fue un error, porque soy temperamental. Fue un error, que forma parte del aprendizaje".

Por su parte, en la transmisión de la televisión el zaguero Mauricio Lemos pidió disculpas por el error que cometió en la expulsión a los 10’ en el partido ante Brasil.

Son dos señales que marcan el liderazgo de Coito y el valor agregado de un plantel que asumió el error como forma de crecimiento.

El preparador físico Sebastián Urrutia dijo a Ovación que el gesto (que se observa claramente en la foto de AFP) fue una expresión de la forma en que meten los uruguayos y no pretendió ser provocador, aunque la imagen pueda permitir otra interpretación.

De la misma forma que el jueves pregunté: ¿Con qué necesidad reaccionan y festejan así quienes tienen que marcar el ejemplo?, porque lo interpreté como un error de los integrantes de la selección sub 22, hoy hay que afirmar con el mismo énfasis, las buenas señales que dieron Coito y Lemos, porque al fútbol no solo se sale campeón con los pies, también con estos gestos y con el respeto, que poco se valoran pero que a la larga son los que muestran el camino que se pretende recorrer. Y ahí está la diferencia. Por esa razón el oro es doble para los sub 22.

A un toque - luis eduardo inzaurralde 

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