La "Tota" volvió al Morumbí para la despedida de Rogerio Ceni. Le pasaron la cinta de capitán y los hinchas pidieron su vuelta.
Morumbí repleto. No entra ni un alfiler. Los fanáticos del São Paulo se reúnen para despedir a Rogerio Ceni, uno de sus máximos ídolos. Sin embargo, hay un cántico que se repite una y otra vez: "Oooohh, oooohh.... ¡Lu-ga-no!".
Diego ingresa a la cancha con la cinco en la espalda y la camiseta con la que supo ganar absolutamente todo en 2005. Acompañado de Nicolás, su hijo mayor, levanta los brazos y vuelve a recibir el cariño de los hinchas que cruzan los dedos para ahora sí, a partir de 2016, volver a verlo allí.
Como si fuera poco, y casi como una imagen que simboliza lo que vendrá, en pleno partido le dieron el brazalete. Ceni se acercó a la "Tota", le pidió que extienda su brazo, le colocó la cinta y lo palmeó un par de veces mientras los hinchas vivían el momento más intenso de la noche. El ídolo, o "el Dios" como ellos mismos le dicen, está cada vez más cerca de pegar la vuelta.
#DeusdaRaça #Lugano #VoltaLugano #PraSempreM1TO @DiegoLuganoorg @Nico_Lugano2000 @karinaroncio pic.twitter.com/Vep43JIUiS
— Tainan Araujo (@Tainanzinhah) diciembre 12, 2015
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