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Diego Forlán tuvo la despedida que se merecía

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Diego Forlán festeja uno de los tantos anotados en la noche junto a sus compañeros de selección. Foto: Leonardo Mainé.

EL ADIÓS DE FORLÁN

El mejor jugador del Mundial de Sudáfrica dijo adiós acompañado de su familia, sus amigos, sus compañeros de la selección y sobre todo de la gente que dijo presente para agradecerle tantas alegrías.

A pesar de la lluvia de la mañana, el cielo volvió a ser celeste para despedir al único jugador uruguayo que fue elegido como el mejor de un Mundial: Diego Forlán.

Y para que el espíritu de Sudáfrica estuviera presente volvieron a escucharse las vuvuzelas. Las mismas fueron repartidas en la entrada al público que fue al Centenario.

Uno de los momentos más emotivos fue el ingreso a la cancha de los futbolistas, divididos en dos equipos: los amigos de Forlán y sus compañeros de la selección uruguaya. Pacheco y Riquelme fueron los más aplaudidos en el cuadro de los amigos. Mientras que Lugano, el “Ruso” Pérez y, por supuesto, Luis Suárez, fueron los más aclamados entre los jugadores celestes.

Diego fue el último en salir al campo muy emocionado junto a sus tres hijos. Lo recibieron fuegos artificiales y humo de colores. Así como el ya clásico: “¡olé, olé, olé, Diego, Diegooo!”. Y, como en los partidos de la selección, se cantó el himno.

Víctor Púa el entrenador que le dio la primera oportunidad en la selección uruguaya, fue el técnico de los amigos de Forlán, mientras que Óscar Washington Tabárez estuvo en el otro banco, dirigiendo a la selección como en Sudáfrica. 

El partido fue una anécdota, en el que hubo tiempo para un pase con la espalda del “Loco” Abreu, una pelota que D’Alessandro tiró a la platea y hasta un “acting” en el segundo tiempo en el que Juan Castillo fingió una lesión para que Luis Suárez, que había salido en el entretiempo, volviera a entrar y fuera al arco como hace siempre en las prácticas de la selección.

Los niños también fueron protagonistas. Los pequeños del club de baby fútbol La Escalinata hicieron de alcanzapelotas y se codearon con las figuras que participaron del partido.

Y los hijos de los jugadores sentados adelante de ambos bancos siguieron las alternativas del juego desde un lugar privilegiado. Muchos de ellos veían jugar a sus padres por primera vez. También lo fueron los que estaban en las tribunas. Muchos de los de la Ámsterdam saludaban al futuro entrenador de Peñarol con banderas aurinegras.

El momento más esperado llegó a los 13’ de juego: el primer gol de Forlán que fue habilitado por Suárez, cuando la selección ya ganaba 1 a 0 por un tanto anotado por Abreu. Todos los celestes corrieron a abrazarlo y hasta lo tiraron por los aires.

Antes había errado varias posibilidades, como si estuviera nervioso. Luis Suárez, que intentó por todos los medios habilitar al homenajeado, tuvo una chance de anotar tras irse solo hacia el arco, pero Carini le negó el gol. De todas maneras, fue en el arco cuando más se lució el “Pistolero”, quien con dos grandes atajadas hasta le negó el quinto gol a Forlán.

¡Ojalá pueda hacer goles!”, le había dicho ilusionado Forlán a Ovación unos días antes de su despedida. Y se mandó cuatro. Uno con la camiseta celeste y los otros tres cuando en el segundo tiempo pasó a jugar con el cuadro de sus amigos. Además de dos habilitaciones: una para el primer gol Lodeiro en el primer tiempo, y otra en el segundo para el gol de Diego Milito.

Al final, el partido terminó empatado 6 a 6, pero podían haber ganado los amigos del número 10 si Suárez no se hubiera tomado tan en serio su papel de arquero.

La noche finalizó a pura emoción. Con el cielo, que a esa hora ya no podía ser celeste, repleto de luces, estrellas y fuegos artificiales. Con Forlán saludando a las cuatro tribunas con su hijo menor en brazos, y con la gente coreando su nombre en la tribuna.

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