Algo pasa. Porque los futbolistas de Defensor Sporting equivocaron el rumbo en la cancha. Se dedicaron más a pelear que a jugar. Y eso fue fatal.
JOSÉ MASTANDREA
Por más que confrontaron y ‘pelearon’ con sus rivales cara a cara, se fueron del partido. Protestaron, empujaron, anduvieron a los manotazos con el "Diente" López, con Polenta, con Fucile y hasta con Kevin Ramírez, pero no lograron sacar del juego a los tricolores.
Hay un antecedente que debe preocupar. La reacción de Maximiliano Gómez con "Romario" Acuña. La agresión entre propios compañeros es inadmisible.
Y anoche los futbolistas violetas jugaron calientes. Vivieron el partido acelerados y terminó perjudicándolos en todo.
El "Nico" Olivera, habitualmente frío y calculador, jugador de clase, pareció ofuscado de principio a fin.
Pero no fue el único, y por más que el equipo empujó y trató de sobreponerse al mejor fútbol del tricolor, equivocó el camino. No se emparejaba pegando ni empujando, se llegaba al arco jugando al fútbol.
TORNEO CLAUSURA