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Dos cracks: Onega y Artime, cena familiar luego de la rivalidad

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Amistad. Hacia 1970, una cena familiar de Ermindo Onega y Luis Artime, los dos serios y de corbata.
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Ermindo Onega y Luis Artime fueron dos de las principales figuras de Argentina en el Mundial de Inglaterra 1966. Uno fabricaba los goles, el otro los convertía. Tres años después, los dos estaban en el fútbol uruguayo, jugando en Peñarol y Nacional, respectivamente.

Ambos, además, habían pasado por River Plate en su país e iniciaron una amistad que por supuesto no cortaron cuando pasaron a defender las camisetas de los grandes rivales de este lado del Plata. Una noche, el fotógrafo los sorprendió en la cena compartida con sus familias.

La llegada de estrellas internacionales como ambos al fútbol uruguayos resulta tan de otros tiempos como la corbata que usaban para sentarse a la mesa. Los clubes grandes estaban en condiciones de lanzarse a la aventura de grandes contrataciones, siempre con la vista puesta en conquistar la Copa Libertadores.

La suerte, sin embargo, fue dispar para los dos amigos. Artime se convirtió en el artillero que Nacional necesitaba para alcanzar las conquistas continentales e intercontinentales que tanto había buscado, además de resultar goleador del Uruguayo tres temporadas consecutivas. Onega, en cambio, sufrió una serie de lesiones que le impidieron lograr continuidad. Además, Ermindo siempre se quejaba de haber llegado tarde a los grandes equipos: debutó en River cuando terminaba el ciclo triunfal de los 50 e iniciaba su largo ayuno de títulos y luego pasó a Peñarol cuando empezaron a despedirse Spencer, Joya, Abbadie, Goncálvez, Rocha.

Ambos se marcharon en 1972. Después de haber ganado todo con Nacional, Artime se fue a Fluminense. Y recién entonces el club pudo terminar de pagar los 200.000 dólares que costó su pase (un año después regresó al tricolor para cumplir los últimos partidos de su carrera). Onega se fue libre de Peñarol a cambio de la gran deuda que la institución tenía con él y pasó a jugar en Vélez. Ya eran tiempos de crisis económica en el fútbol uruguayo.

Volvieron a coincidir en el "Equipo de las Estrellas", una formación de exjugadores de renombre que disputaba amistosos benéficos en el interior argentino. Y estuvieron a punto de regresar a Uruguay para defender a Fénix en la Liguilla 1978, pero no se concretó. Pocos años después, todavía joven, Onega falleció en un accidente automovilístico.

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Amistad. Hacia 1970, una cena familiar de Ermindo Onega y Luis Artime, los dos serios y de corbata.

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