Publicidad

Todo corazón: un clásico de infarto

Compartir esta noticia
Locura. Los aurinegros festejaron por todo lo alto el empate de Marcel Novick. Foto: Gerardo Pérez.
[[[GERARDO PEREZ PALADiNO ]]]

De la victoria tricolor en Tercera, al emotivo final con el gol aurinegro en el partido de fondo: las 40.000 almas vibraron, gritaron, sufrieron y gozaron.

Ni la lluvia, ni el frío pudieron con tanta pasión. Una vez más, se superó la barrera de las 40.000 personas en las tribunas del Centenario. La cita clásica sigue siendo ineludible, y ni siquiera el festejo del Día de la Madre, evitó el calor y el color en el Monumento al Fútbol Mundial.

Ya desde temprano, las cabeceras fueron tomando forma. Los hinchas llegaron más temprano que de costumbre a colgar sus "trapos". En la Ámsterdam y la Colombes, empezaron a entonar los cantos, a ensayar para lo que se venía.

En la cancha, ya calentaban los jugadores de la Tercera. Clásico con preliminar, y emoción desde temprano...

Munúa y el
Munúa y el "Polilla" se saludan en la previa del clásico. Foto: Fernando Ponzetto.

Y fue todo de Nacional. La Colombes festejó de lo lindo. Los botijas empezaron con buen pie una tarde soñada. Dos goles de Juan Cruz Mascia y otro de Diego Coelho, hijo de Fabián, de notable proyección futbolística, abrocharon una victoria sensacional y estiraron la racha ganadora ante sus pares aurinegros. Llevan cuatro clásicos sin derrotas, y se quedaron con éste con un claro 3-0.

Poco a poco se fueron poblando las tribunas. Hubo un pulmón (y medio) en la Olímpica, pero el calor empezó a hacerse sentir con el aliento permanente de las dos hinchadas.

Banderas tricolores de un lado, y aurinegras de otro. Cantos, saltos, fiesta. Esta vez, sin presencia policial dentro del Centenario.

Los minutos se fueron como agua entre los dedos. La emoción del clásico en el preliminar le dio la primera gran alegría a los hinchas de Nacional.

Cuando los arqueros salieron a hacer sus ejercicios pre-competitivos, se dio la primera ovación. Aplausos para Conde y Mejía, pero también para Guruceaga y Frascarelli.

El Centenario ya estaba casi repleto, con cancha en mal estado, pero con un colorido único, ese que hace posible el superclásico uruguayo.

Bajó el telón en Tercera. Locura y festejo en Nacional, bronca y desazón en Peñarol.

Así es el fútbol... Unos gozan, otros sufren.

Festejo de Nacional tras el primer gol de Polenta. Foto: Fernando Ponzetto.
Festejo de Nacional tras el primer gol de Polenta. Foto: Fernando Ponzetto.

Pero lo mejor estaba por venir. Porque más allá de los rendimientos, el partido de fondo fue un canto a la emoción.

Nacional empezó mejor, Peñarol emparejó, hasta que llegó la primera explosión tras el grosero penal del Vasquito Aguirregaray a Tabó. Pierna arriba a lo karateca. Fedorczuck no dudó. Y Polenta tampoco. Apuntó con su zurda al palo derecho de Guruceaga y el grito de "goooollll" traspasó el Centenario y recorrió todo el país.

En el complemento, el tricolor salió decidido a imponer su fútbol, pero el grito de "gooolllll" cruzó de área a área tras el cabezazo del Vasquito Aguirregaray.

Y después fue pura adrenalina y emoción. Penal a Barcia y otra vez Polenta infalible, y cuando se moría el partido, llegó el agónico gol de Marcel Novick... no quedaba nada.

Clásico de principio a fin. Bien para el infarto...

Polenta festeja tras anotar el 2-1 para Nacional. Foto: Fernando Ponzetto.
Polenta festeja tras anotar el 2-1 para Nacional. Foto: Fernando Ponzetto.
El eterno femenino de una imaginativa pintora
Locura. Los aurinegros festejaron por todo lo alto el empate de Marcel Novick. Foto: Gerardo Pérez.

TORNEO CLAUSURA

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad