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Alberto Santelli fue un goleador nato. De goles importantes. Sus goles lo llevaron al fútbol colombiano, a la Selección uruguaya. Y a ganar títulos. Hoy, cuando arma un once ideal, los elige por las condiciones que esos futbolistitas tuvieron.

“Este once que armo es lo ideal para mí. Y soy sincero, supera a todo el resto de los equipos que pueda elegir. A estos jugadores los coloco por encima de los demás y tengo claro que puede ser opinable porque cada uno tiene sus predilectos. Lo que no se puede discutir es que conformé un cuadrazo, porque coloqué a jugadores que fueron extraordinarios en sus puestos. Ganadores y talentosos. Nunca se es justo cuando se tiene que seleccionar nada más que once porque en nuestra historia hay montones de enormes futbolistas y que supieron brillar en diferentes canchas y distintos países. Eso sí, con este cuadrazo me animo a competirle a cualquiera. Tengo fuerza, marca y, sobre todo, mucha habilidad individual”.

“El adversario más duro que me tocó enfrentar fue el defensa central de la Selección de Alemania en el partido amistoso que jugamos en el Estadio Centenario en el año 1977. Se llamaba Rolf Rüssmann, porque falleció en 2009, pero no me olvido de su juego. Era un tipo muy duro, muy fuerte, muy grande y, para ser sincero, no me dejó tocar ni una pelota en todo el partido”.

“El mayor error que pude haber cometido en mi carrera fue el hecho de haberme ido tan pronto de Peñarol. Apenas jugué un año, con nada más que 21 años, que era la edad que tenía. Creo que podía haber seguido unos cuantos años más, pero la realidad me llevó a irme. Después tuve la recompensa en la carrera porque pude salir campeón uruguayo con Defensor”.

“Fueron unos cuantos goles importantes que tuve la suerte de convertir en mi carrera como futbolista, pero el más significativo, por lo que trascendió y también por lo que se logró fue el gol contra Rentistas en la última fecha del Campeonato Uruguayo de 1976. Ese gol es inolvidable porque colaboró para que al final nos pudiéramos coronar campeones uruguayos con Defensor”.

“He tenido la posibilidad de vivir en ciudades colombianas, conocer otras gracias al fútbol, pero la verdad es que no cambio a Montevideo por ninguna. Mi país no lo cambio. Acá están las raíces, la familia, los amigos, la vida entera. Valoro nuestras costumbres y por encima de las bellezas que puede haber en distintas partes, para vivir no la largo a Montevideo”.

“Acá no tengo ninguna duda. El mejor equipo de todos es el campeón de América y del Mundo de 1966 de Peñarol. Con todos los fenómenos: Mazurkiewicz, Lezcano, Díaz, Gonçalves, Abaddie, Rocha, Spencer, Cortés, Silva, Joya. Un cuadrazo por todos lados y por donde se lo mire. Desde mi punto de vista lo mejor que pude observar. Era un equipo recontra completo”.