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Cara a cara

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Fotos: Ariel Colmegna

el clásico danubio-defensor sporting

Eduardo Acevedo y Pablo Peirano palpitan un clásico que ya vivieron como jugadores  

E duardo Acevedo y Pablo Peirano sienten el clásico entre Defensor Sporting y Danubio, de manera especial. Es que ambos lo vivieron como jugadores, y Acevedo, además, lo experimentó como entrenador, del otro lado.

“Jugar contra Danubio es muy importante para los jugadores, lo ves en sus ojos durante la semana. Son esas semanas en las que estoy más tranquilo, porque no es necesario motivar a los futbolistas”, dijo Eduardo Acevedo al final de la práctica de ayer en el Franzini.

“Esta es una semana diferente, ya el otro día antes que terminara el partido con Progreso, desde la tribuna bajaba lo del clásico. Y durante esta semana llegaron muchos mensajes. Llegamos en el momento justo a este clásico, según la planificación que hicimos. Me gusta que se haya dado ahora y en Jardines, es un gran desafío”, afirmó por su parte, Pablo Peirano.

En la época en que Acevedo era un juvenil, recién los partidos frente a Danubio empezaban a considerarse clásicos. “Danubio había comenzado a trabajar muy bien en inferiores. Recuerdo un partido acá en el Franzini, que estaba casi lleno. Ya se empezaba a vislumbrar el clásico, éramos los dos equipos que trabajábamos bien en inferiores y que definían los campeonatos en formativas. También se contabilizaba quien le ganaba más a Peñarol y a Nacional. Y eso se fue trasmitiendo de generación en generación”, explicó el técnico violeta, a quien no le gusta que haya gente que se niega a considerarlo un clásico.

“No puedo entenderlo. En Argentina hay seis o siete clásicos y no va en desmedro de un River-Boca. Y acá no queremos tener más clásicos. No sé si es la envidia o gente a la que no le gustan los cambios. Y para progresar, muchas veces hay que cambiar”, dijo Acevedo.

“Cuando yo era jugador ya se vivía como un clásico, desde las inferiores. Era una obligación, ganarlo y del lado de Defensor se vivía igual. Es que definían las diferentes categorías y luego esas mismas generaciones se iban encontrando más adelante y ese desafío se mantenía en Primera División”, manifestó Peirano sobre el asunto.

¿VENTAJA? Los del Parque Rodó ganaron los dos clásicos del año pasado y además Acevedo lleva dos años entrenando al equipo, contra el mes que tiene Peirano de trabajo en Danubio. “Por ese lado ellos tienen un mayor conocimiento que nosotros que recién nos estamos ensamblando. Pero al tener buenos jugadores, todo es mucho más rápido. La diferencia puede ser el conocimiento, y una mejor historia que está avalada por sus números, por el campeonato que han hecho. Pero siempre hay un comienzo, un partido nuevo y una historia diferente”, se defendió Peirano.

“Partidos son partidos, pero puede ser que sea mejor para mí porque conozco más el club, a todos los planteles y se donde puedo echar mano. Pero Peirano es un buen técnico y debe estar al tanto de todo también. Además, los cambios de técnico generan muchas cosas. Siempre es un revulsivo y una motivación. Danubio siempre tiene que estar fuerte, por su historia. Puede tener un mal año, pero cuando jugás contra Danubio sabés que es un equipo fuerte. Y ellos saben que nosotros también lo somos, más allá de los momentos”, dijo el estratega violeta, para quien haber ganado los dos clásicos de la temporada pasada, es una tranquilidad. “No he hablado de eso con los jugadores, lo que les he dicho es que es un partido que le debemos al hincha y también nos lo debemos a nosotros mismos, a los jugadores que se formaron en el club y a la historia misma”.

Para Periano en cambio los antecedentes comenzarán el domingo. “Ganarlo sería muy importante, no tanto para mí sino para Danubio, sería un golpe de confianza importante”.

JARDINES. “A mí me encanta ir a Jardines, es una cancha bárbara, preciosa. No me inquieta si se juega acá o allá porque los dos estamos acostumbrados a jugar en todos lados. Capaz que eso se nota con Nacional y Peñarol porque ellos no están acostumbrados a jugar en los cajones, en las canchas chicas, donde la visión del juego cambia”, aseguró Acevedo.

A su colega danubiano le encanta ser local. “A mí me gusta que sea en Jardines. Siento la localía, Danubio la hace sentir con los grandes y con Defensor también. Es un contagio de nosotros para afuera, y de las tribunas para adentro”.

Peirano quedó conforme con la actitud y el compromiso que mostraron sus jugadores en el debut ante Progreso, pero sabe que el partido ante los violetas será diferente. “Los dos apostamos al buen juego. Me imagino un partido en el que la personalidad va a ser importante. Y con muchos duelos, por afuera y en la mitad de la cancha. Para llevarte el clásico la actitud debe estar , más allá del juego. Estos partidos no se ganan solo jugando bien, y tampoco llevándose por delante al rival. Va a haber mucha pelota dividida. Defensor presiona y provoca que uno se apure y el juego se vuelva friccionado y de pierna fuerte. Hay que resolverlo de la manera más conveniente”.

Los violetas arrancaron muy bien el torneo goleando a Atenas, pero Acevedo tiene cosas que corregir. “Tenemos que tratar de regular un poco la intensidad, porque en lo primeros partidos a veces los jugadores quieren solucionar todo en pocos minutos. Ese entusiasmo te puede llevar a apurarte y no pensar”, explicó.

Ese primer partido hizo que ya se le pusiera la chapa de candidato a Defensor. Acevedo no elude esa responsabilidad. “Defensor siempre tiene que ser candidato. Y si lo somos para los demás está bueno porque el jugador de fútbol es hijo de la presión. Y hay que saber asumirla. Me gusta ser candidato. La historia de Defensor te lleva a serlo. Además nuestra campaña pasada no fue casualidad. Perdimos el Uruguayo por penales. A mí lo que me da miedo es no ser candidato”, enfatizó.

Para finalizar, Peirano recordó con orgullo que le hizo dos goles a Defensor, aunque pocos le crean. “Me recuerdan como un jugador entusiasta. Nadie se acuerda que yo hacia goles. Y uno de los pocos equipos a los que le hice goles fue a Defensor”.

en la curva

Se repite el equipo del debut

Pablo Peirano repite el equipo del debut frente a Progreso: Federico Cristóforo, José Luis Rodríguez, Sergio Felipe, Gastón Bueno, Leandro Sosa, Ribair Rodríguez, Nicolás Prieto, Ignacio González, David Terans, Pablo Ceppelini y Federico Rodríguez.                    Leandro Rodríguez, que se había sentido el viernes pasado y no pudo estar ante Progreso, se recuperó de su lesión. Ayer hizo unos minutos de fútbol y estará en el banco.
Ayer, antes de la práctica que se llevó a cabo en Jardines, los danubianos vieron un trabajo audiovisual sobre el rival del domingo para que les quedara claro cómo atacan y cómo defienden.

violetas

Esperan a Cougo hasta el sábado

Ayrton Cougo sufrió un esguince ante Atenas. Es un esguince grado uno, el más leve. El lateral volante quiere jugar y ayer se llevó deberes para hacer en su casa. Acevedo lo esperará hasta el sábado. Si no llega juega Piquerez.
Martín Rabuñal, un titular que tiene en el banco, al decir del técnico, ocupará el lugar del suspendido Carlos Benavídez en la mitad de la cancha. Benavídez fue expulsado en el debut frente a Atenas.                                                                                                                  Acevedo entrena cada vez más temprano, le preocupa el intenso calor. “El calor te abomba, te achancha y la práctica no es la misma. Pero contra eso estamos peleando”, explicó el técnico.

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