El pensamiento futbolístico de Johan Cruyff retumbó en el Cam Nou en las voces de decenas de jugadores que fueron sus compañeros o sus dirigidos."Si tienes la pelota, el rival no la tiene"; "Si no puedes ganar, asegúrate de no perder"; "En mi equipo el portero es el primer atacante".
Los dichos de Cruyff y las voces, entre otros, de Pep Guardiola, Andoni Zubizarreta, Hristo Stoichkov (el más ovacionado por la afición), apretujaron los corazones.
En el palco de honor estaban su hijo Jordi y todos los ex presidentes del Barcelona, así como también la plana mayor del gobierno catalán y varios embajadores. La tribuna se vistió de gala cuando los más de 90 mil espectadores levantaron al cielo los colores que conformaban la bandera del Barcelona y de Catalunya, y una camiseta con el número 14 y la frase. "Graciès Johan".
Un video repasó algunos de sus goles y la gente volvió a gritarlos. La emoción inundó a los aficionados y se podía observar que muchos lloraban. El palco de periodistas, de más de 33 países, también se llenó de aplausos durante el homenaje y especialmente todos se pusieron de pie en el minuto de silencio, mientras los culés y los merengues se formaban alrededor del círculo central.
A los 14 minutos, con el partido en plena marcha, el público volvió a corear su nombre en la misma tonada que lo hace usualmente para vivar al Barça o a Messi.
La noche fue de derrota, pero marcó el inicio de una leyenda.
FÚTBOL INTERNACIONALH.F.