AUF

Los clubes quieren otra forma de gobierno en la Asociación Uruguaya de Fútbol.

El día está marcado en el calendario y recuerda que el 31 de julio es la fecha en la que se llevarán a cabo las elecciones de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) para elegir presidente.

Sin embargo, lo que está bien claro es que la fecha será propicia para cumplir con un acto oficial, que no será otra cosa que dar a conocer lo que se resolvió mucho antes. La realidad muestra -por todo lo que está ocurriendo- que a esa jornada se llegará con todo resuelto. Para utilizar una definición bien popular: el pescado ya estará vendido.

Hoy los movimientos a nivel de dirigentes son intensos. Es de público conocimiento que Wilmar Valdez anunció su intención de ser reelecto, que Eduardo Abulafia aseguró su participación como candidato y que Arturo Del Campo ya dejó en claro que quiere regresar al fútbol y hacerlo como titular de la AUF. O sea, esta lucha electoral ya empezó a tomar color.

Y el panorama actual refleja una definición contundente: habrá un nuevo estilo de conducción. Que quizás no implique el alejamiento de Valdez, pero sí una forma de gobernar radicalmente opuesta a la actual. Para ser bien claros, los juegos políticos estarán a la orden día, pero lo único que puede sostener a las nuevas autoridades es un compromiso absoluto de apuntar al fortalecimiento económico de las instituciones.

Al momento, de un lado se anticipa que hay una mayoría de clubes tentados a optar entre Abulafia y Del Campo antes que respaldar la continuidad de Valdez. Del otro, se deja ver que los votos de Valdez podrían crecer con el paso de las horas. Eso sí, los sondeos realizados con varias instituciones permitieron conocer que en muchas reuniones de las instituciones se está clamando con insistencia por lograr un cambio radical.

Aunque del lado del actual Ejecutivo de la AUF se han ponderado los éxitos deportivos de las selecciones uruguayas y también los ingresos que se han registrado gracias a ello, del otro se hace fuerte hincapié en el hecho de que ese fortalecimiento económico nunca se trasladó a los clubes. O, al menos, en la medida esperada.

Según supo Ovación, a Valdez se lo cataloga -en algunos encuentros privados de varios equipos- como el “presidente de la Selección y no de los clubes”. Además, también se le cuestiona el poco poder que tuvo en las reuniones con el Ministerio del Interior, dado que no se consiguió bajar el costo que representa el operativo de seguridad.

Los déficits que se le generan a los equipos en cada partido son el principal tema de conversación y el mayor cuestionamiento para una AUF que “ni siquiera fue capaz de hacerles ver a los futbolistas de la selección que el reparto de los ingresos del Mundial debió realizarse después de separar los gastos”, como lo indicó a Ovación un directivo muy importante.

Además, también se considera que se perdió la gran oportunidad de pararse firme ante el Estado. Aquí se precisa que el fútbol no consiguió ningún beneficio pese al aporte que realiza a la sociedad sacando a miles de gurises de la calle.

Hay que establecer, también, que el movimiento para generar un cambio no está tomando una dimensión más grande y contundente porque todavía se está a la espera de lo que resuelven Nacional y Peñarol.

Aquí, por cierto, podría llegar a darse una separación de intereses. Si bien es cierto que los dos equipos comparten mucho la visión política de lo que debe hacerse en el fútbol uruguayo, en Peñarol -según indicaron fuentes aurinegras- es innegociable no alcanzar la secretaría general de la AUF, cargo que desde hace un buen tiempo recayó en un representante de los tricolores.

En este caso es bien simple, Peñarol va a escuchar las propuestas de todos los candidatos a la presidencia de la AUF pero defenderá con firmeza su postura. Y si eso implica tomar distancia de la decisión de Nacional, así se hará.

En filas tricolores, el tema tampoco fue analizado en profundidad porque lo que verdaderamente esperan es “recibir por escrito las propuestas de los candidatos”. Así lo comunicó a Ovación el presidente José Luis Rodríguez.

Otro hecho que revela la situación política que se está viviendo es que el repaso de los votos tiene resultados diferentes de acuerdo con quienes se hagan las consultas.

Los que hoy apuntan a un gobierno del fútbol uruguayo con otras autoridades señalan que son once los clubes que están encolumnados detrás del cambio. Mientras que los que entienden que Valdez debe proseguir dirigiendo el destino de la AUF subrayan que como mínimo son siete los clubes que lo votan actualmente y que eso sufrirá un incremento con el paso de los días.

Si se suman las supuestas adhesiones los números no cierran, salvo que se origine una situación similar a la que se dio en la AFA, cuando había más cantidad de votos que de votantes.

Además, si los votos de aquellos que se resisten a mantener el sistema bajo el actual funcionamiento se dividieran entre las dos personas en pugna, Del Campo tiene actualmente ventaja de 7 a 4 contra Abulafia. Este hecho podría jugar un papel preponderante en segunda ronda de votación. Lo que sí es evidente es que los clubes quieren un antes y un después tras el 31 de julio.