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Buscavidas: los árbitros de juveniles tuvieron que salir a rebuscársela

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tortas fritas
Francisco Flores

HISTORIAS

Un puesto de tortas fritas, aprender a tejer o recuperar un viejo oficio, todo sirve para llevar del peso a casa en tiempos de pandemia.

Los árbitros de las categorías juveniles tuvieron que salir a ganarse la vida. Sin derecho al Seguro de Paro, porque con dos partidos por fin de semana no llegaban al número de jornales necesarios para ampararse en el beneficio, se vieron obligados a aguzar el ingenio. Un puesto de tortas fritas, tejer bufandas, confeccionar tapa bocas o retomar un oficio anterior de carpintería o herrería. Todo sirve para llevar los pesos a casa.

El puesto de tortas fritas de Fernando Machado y Santiago Acosta, ambos árbitros de Tercera categoría es el que ha tenido más difusión. Aunque hace solo una semana que comenzaron con el emprendimiento ubicado en Delmira Agustini y Lucas Obes, a pasitos de Agraciada, les está yendo bastante bien. Sobre todo porque también hacen entregas a domicilio de 14 a 19 horas.

Santiago es el especialista en tortas fritas, pero la idea no fue suya ni de Fernando. La tuvo Enzo Fernández, un amigo que juega en Bella Vista, en la Primera División Amateur. “La forma en que se nos ocurrió lo de las tortas fritas es una anécdota que nos va a quedar para toda la vida a los tres. Tenemos un grupito de pesca y estábamos saliendo porque sinceramente, estando encerrados y sin ingresos, la cabeza nos estaba funcionando mal. En mi caso con discusiones de pareja por la angustia y la depresión. Íbamos a pescar para despejarnos más que nada. Y un día Santiago llevo unas tortas fritas y estaban buenísimas. Entonces Enzo sugirió que por qué en lugar de estar pescando no hacíamos algo productivo para sacar algo de dinero”, relató Fernando, de 24 años, y padre de Nahuel, de casi dos años.

“El principal ingreso en mi casa era el del arbitraje, porque como hacemos muchos partidos la plata es buena. Y lo único que recibimos desde que se paró el fútbol, fueron $ 15.000 pagos en dos cuotas de parte de nuestro empleador que es la AUF”, agregó Fernando quien gracias a lo que gana como árbitro había arrancado la Facultad de Veterinaria.

Estuvieron como un mes averiguando qué se necesitaba para poner el puesto. El protocolo que se necesitaba con la Intendencia así como los precios de la materia prima. “La verdad nuestra economía no estaba ni para comprar un costal de 25 kilos de harina. Pero justo de la gremial de árbitros nos habían dado unas canastas y cada una traía dos kilos de harina. Con eso empezamos, sacando de las canastas”, explicó el juez. “El primer día no nos fue muy bien y nos preocupamos pensando si realmente sería rentable o si perderíamos más plata de la poca que teníamos. Pero una tarde, volviendo a casa, arriba del ómnibus hice una publicación en Facebook y empezó a moverse cada vez más. El jueves pasado vendimos 93 tortas, fue nuestro récord”.

Santiago es el especialista en las tortas. Aprendió hace tiempo con un primo y lo ha ido perfeccionando. “Las hacía en casa cuando llovía y le fui agarrando la mano. Es algo sencillo rápido de hacer y bien uruguayo”, contó el joven de 23 años, un ex jugador de Huracán de Paso de la Arena. Es más, fue allí, jugando en Quinta, que conoció a Enzo, el otro tortafritero y hoy su hermano de la vida.

a domicilio

El pedido: doce tortas fritas del Prado a Maroñas

Las entregas de las tortas fritas a domicilio se realizan sin costo en un radio de 5 kilómetros alrededor del puesto. Lo hace Enzo en bicicleta. Pero el viernes les sorprendió un pedido de doce tortas para Maroñas. “Obvio que no podíamos ir en bicicleta. Santiago tiene un auto que justo se había comprado antes de la pandemia, pero les tuvimos que pasar un precio bastante elevado por la nafta. Estuvieron de acuerdo y allá fuimos”, contó Fernando.

“El arbitraje es mi único trabajo. Estoy en pareja por suerte. porque si bien ella estuvo en el seguro ahora ya comenzó a trabajar hace dos semanas. Sin ella se hubiera complicado para pagar el alquiler y la cuentas”, agregó Santiago quien se ha sorprendido con la solidaridad de la gente. “La idea es que los clientes vayan aumentando. Y no sea solo la gente que va a tomar mate al Prado o que pasa por la calle. Estamos viendo de ampliar el emprendimiento para que sea más redituable. Nos donaron un carro de panchos que tenemos que reparar. Fue un señor que no conocíamos por Facebook. Es increíble cómo nos ha apoyado la gente con lo de la pandemia. Se ha tomado consciencia que no hay que escupir para arriba, porque le puede pasar a cualquiera”, enfatizó el árbitro. “Hay un fletero, Luis, que también está complicado porque con esto del coronavirus casi no hace mudanzas. Sin embargo, pasa todos los días y se lleva la promoción de cuatro tortas por $ 100 para la casa. Para colaborar nomás. Nos vamos dando una mano entre todos, veo a la sociedad más unida y solidaria. Y se ve que le gustaron también, je”.

Tanto Fernando como Santiago comenzaron a arbitrar en el fútbol infantil y se reencontraron, habían sido compañeros de liceo, haciendo el curso para la AUF. Hoy tienen una cuenta en Instagram, que se llama “La esquina de la Torta Frita”.

agujas
Vicente González aprendió a tejer bufandas junto a su novia Milagros.

AGUJAS. Vicente González es árbitro de Cuarta categoría y comenzó hace dos semanas un emprendimiento de tejido de bufandas junto a su novia. “Estos meses han sido muy complicados. Yo aún estoy viviendo con mis padres, pero siempre doy una mano en casa. Entonces se nos ocurrió con Milagros, tejer bufandas. Ella ya sabía, le había enseñado su abuela, yo aprendí ahora. Era algo que nunca hubiera pensado en aprender, pero lo hice. Se dio la oportunidad ahora para salir adelante de alguna forma. Y usé unos pesos que tenía ahorrados para invertir en lana. Por suerte, ya tenemos bastantes encargues y estamos contentos. Nos lleva todo el día, pero nos gusta, nos divierte y estamos juntos. Es algo positivo dentro de lo malo que nos está pasando”, relató Vicente de 22 años, quien está agradecido con Graciela, la abuela de su novia y con su madre, Sandra por los tips de diferentes puntos que le han dado para manejarse mejor con las dos agujas.

“Estamos siempre esperando tener novedades de nuestra directiva que es la que se reúne con el Ejecutivo de la AUF, para saber qué va a pasar y cuando vamos a tener algún ingreso. Son ellos los que se están moviendo por nosotros que somos los más afectados, a los que no pegó más fuerte”, culminó Vicente cuyo emprendimiento también cuenta con una pagina en Instagram mytejidos.uy.

herrero
Jonathan De León volvió a su viejo oficio de herrero mientras dura la pandemia. 

Jonathan De León también es árbitro de Cuarta categoría. Y aunque trabaja en la Marina, en una oficina en la Ciudad Vieja, su mayor ingreso es el del arbitraje. Por eso sacó a relucir un curso de herrería que había hecho. “Algún trabajito sale. Un portón o alguna cosa. A veces trabajo con un compañero que tiene más experiencia en el rubro”, contó el juez de 25 años que vive con su pareja y un hijo de ella de 9 años.

Los cuatro están agradecidos porque han recibido mucho apoyo de sus colegas. “Nuestro compañeros nos han dado una gran mano. Nos llamaron, o pasaron comprar una torta o a traernos harina y grasa, o compartieron una simple imagen en las redes”, dijo Santiago. “Estoy orgulloso de pertenecer a la familia del arbitraje. Hoy sé que elegí bien la profesión”, añadió Fernando.

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