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Barcelona demoró en marcar, pero terminó goleando al Alavés

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Lionel Messi festejando su gol con Barcelona. Foto: AFP
Barcelona's Argentinian forward Lionel Messi celebrates after scoring a goal during the Spanish league football match between Barcelona and Alaves at the Camp Nou stadium in Barcelona on August 18, 2018. / AFP / LLUIS GENE FBL-ESP-LIGA-BARCELONA-ALAVES
LLUIS GENE/AFP

EN EL CAMP NOU

Con un tiro libre de Messi por abajo de la barrera para el gol 6.000 del Barça en La Liga, el segundo de Coutinho con un tanto clásico a su estilo y un tercero también del "10" con pase de Suárez, los "culés" golearon 3-0 en su casa y arrancaron la temporada con una victoria.

Lionel Messi festejando su gol con Barcelona. Foto: AFP
Lionel Messi festejando su gol con Barcelona. Foto: AFP

El Barcelona sumó los tres primeros puntos de la Liga luciendo el nuevo escudo de último campeón. Pese al aplastante dominio ejercido ante el Alavés, solo pudo marcar la diferencia casi al final. Messi, con dos goles, fue una vez más decisivo en la victoria 3-0.

El equipo de Valverde ejerció una supremacía permanente y el Alavés logró mantener su objetivo del cero durante una hora, defendiendo su última línea hasta con 5 y 6 hombres.

Suárez, aunque no marcó, tuvo un buen desempeño acompañando a la ofensiva con paredes y pases profundos, como el último que acabó con la gran jugada de Messi para cerrar el marcador cuando ya se jugaban los descuentos. En el primer tiempo intentó un remate al segundo. No fue a la red pero la tribuna lo aplaudió con ganas.

El dominio del Barça hizo por momentos monótono al partido especialmente en la primera parte porque con 34 minutos en el reloj el portero visitante había intervenido pocas veces y el Alavés se limitaba a ensayar algunos tímidos contraataques que no llegaban a molestar a Ter Stegen.

Messi hamaca una vez y otra, a un lado y al otro, pero sólo provoca la emoción de la tribuna Su primer remate en el partido se dio después de un despliegue de Dembelé que, enredado, derivó en el argentino. El cero es grande y no se mueve. En una de sus diagonales tradicionales, el argentino provoca una falta frente al área y el Camp Nou levanta un rumor que huele a gol. El rosarino da cuatro pasos para atrás mientras el estadio marca el ritmo con las palmas, como si fuera el redoblar del patíbulo. No estaba muy errada la multitud: el remate da en el travesaño. Y después, por si no hubiera necesidad, Dembelé pierde un mano a mano con el arquero Pacheco.

Faltando dos minutos, una cadena de pases a velocidad termina con un remate de Dembelé apenas desviado. u201cEs la última, es la últimau201d, gritaba desesperado desde la raya el entrenador Abelardo Fernández. Con su consigna en el viento el juez pita la tregua. El Barça ya se planteaba cambiar la velocidad. En la cancha Coutinho se quedaba a calentar.
El complemento inició con una marcha más y la encerrona se hizo más evidente en los cinco primeros minutos.

A los 55, la gente festeja como un gol una salida elegante de Ter Stegen como líbero y un minuto después, contra todo pronóstico, Suárez saca un remate que casi termina en gol. La grada apura y el Alavés se defiende u201ccomo gato entre la leñau201d. Messi vuelve a provocar un u201cmedio penalu201d junto al semicírculo. Ante una defensa tan cerrada, el argentino vuelve a tener en sus pies la llave para oradar la fortaleza. Otra vez el redoble de la tribuna. Y Messi, a los 64, la abre con un remate raso que pasa por debajo del muro de los vascos. Y por si al actual capitán culé le faltaran laureles, su tanto se transforma en el gol 6000 en la historia del Barça en la Liga española.

A los 75, las manos de Pacheco evitan el gol de Luis Suárez que no puede estrenar sus nuevos botines fluorescentes. Coutinho, quien había estado a punto de marcar tras un pase de Messi, hace una jugada individual para clavar el 2-0 y poner distancia definitiva.

El final del partido se guardaba la cereza de Messi quien, a pase de Luiz Suárez, la baja de pecho en el área y hace parecer fácil la maniobra que corona su debut en la Liga como primer capitán. Su barco, con él en el timón, ya ha puesto proa hacia la cumbre de la Liga.

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