LOS ORÍGENES DEL FÚTBOL PROFESIONAL

Arthur Kinnaird, protagonizado po r el actor Edward Holcroft en la serie Juego de Caballeros, fue una de las primeras estrellas del fútbol. La serie que Netflix estrenó el pasado 20 de marzo es una de las más vistas en estas épocas de cuarentena. Y cuenta los orígenes del fútbol profesional en Inglaterra. La historia de los primeros jugadores que cobraron por jugar, allá por el siglo XIX, está basada en personajes y hechos reales.

Arthur Kinnaird no era precisamente de los que cobraban, todo lo contrario. Proveniente de la clase alta, de una familia con títulos nobiliarios, jugaba en el equipo de los Old Etonians, formado por exalumnos de Eton College. Pero fue capaz de aceptar, reconocer y luchar por los derechos de los nuevos equipos formados por obreros de las fábricas de algodón, que no contaban con sus privilegios ni entrenaban como ellos, yendo contra lo que pensaban sus compañeros de equipos, sus amigos de toda la vida.

Y también de estrechar la mano de Fergus Suter, el primer jugador profesional de la historia, cuando Blackburn Rovers le ganó la final de la FA Cup a Old Etonians, a sabiendas de que cobraba por jugar.

Kinnaird nació en Kensington el 16 de febrero de 1847. Se destacó en todos los deportes que practicó: natación, tenis, atletismo y cricket. Pero fue el fútbol su gran pasión, un deporte en que en sus inicios sólo practicaban los muchachos de la alta sociedad. Por el fútbol, que tanto lo entusiasmaba, tuvo que enfrentarse a su padre, un conocido e importante banquero que no entendía que la vida de su hijo girara más entorno a ese deporte que a los negocios familiares y sobre todo al banco donde trabajaba. Una tarea para la que se había preparado concurriendo a los mejores colegios y universidades. No sólo estudió en Eton, también en Trinity College y en la Universidad de Cambridge.

El juego de Kinnaird se basaba en su físico y jugó en diferentes posiciones en la cancha. Aunque se destacó como delantero, también llegó a pararse bajo los tres palos. Era dueño, a su vez, de una gran personalidad, por la que ya a los 12 años era el capitán del equipo de fútbol de su colegio.

Ganó cinco veces la FA Cup, tres con Wanderers F.C. y dos con Old Etonians, el equipo donde jugaba cuando transcurre la historia que relata la serie Juego de Caballeros, cuyo título original es The English Game.

Su gran sentido de la justicia fue lo que le permitió aceptar la derrota de Old Etonians, el equipo donde se había acostumbrado a jugar finales y a ganarlas, ante un equipo de obreros, ubicados en el lado opuesto al suyo en la sociedad.

Y fue también el que lo convirtió en un gran filántropo que destinó parte de su fortuna para ayudar a madres solteras y sus hijos, junto a su esposa Mary Alma Victroria Agnew. Además, él mismo se dedicó personalmente a enseñarle a leer y a escribir a muchos niños huérfanos, algo absolutamente incomprensible para su padre.

Tras retirarse de las canchas, Lord Kinnaird asumió como presidente de la FA, cargo que ocupó durante 33 años. Con él al frente se instauró en 1885 definitivamente el fútbol profesional, ese que él había visto nacer, defendido y también sufrido.

Con él como presidente, la FA pasó a formar parte de la FIFA en 1905 y se comenzó a construir el estadio de Wembley, a cuyo primer partido no llegó a asistir. Wembley se inauguró el 28 de abril de 1923, con el partido entre Bolton Wanderers y el West Ham United correspondiente a la final de la FA Cup. Pero Kinnaird había fallecido tres meses antes: el 30 de enero.